Ciudad de México.- Hasta el momento no existe vacuna o medicamento contra la COVID-19, por lo que las mejores armas que tenemos para su contención son las medidas preventivas, como disciplina e higiene, afirmó María Eugenia Jiménez Corona, integrante de La Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del COVID-19.
La también tutora del Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud, aseguró que como país estamos en una etapa en la que se estableció el distanciamiento físico, lo que significa “que sólo deben andar en la calle quienes necesiten salir por cuestiones laborales o por alguna emergencia; los demás deben permanecer en casa y para ello se implementó la estrategia de disminución de actividades no esenciales”, explicó la epidemióloga.
Es necesario hacer conciencia y ser responsables con estas medidas, pues no sólo las autoridades de salud son responsables de contener el virus, “como sociedad también tenemos esa tarea. Las recomendaciones están dadas, pero si no son acatadas de manera puntual y con responsabilidad por la población, no funcionan”, remarcó.
La universitaria destacó que una persona infectada por este nuevo coronavirus contagia a 2.5 más, así que al cabo de un mes tendríamos 406 nuevas infecciones, “de ahí la importancia de seguir las recomendaciones de permanecer en casa si no es necesario salir, mantener la sana distancia, evitar conglomeraciones y lavarse las manos con agua y jabón las veces que sea necesario, o utilizar gel-alcohol”. Enfatizó que en buena medida, del respeto al autoaislamiento dependerán los resultados finales del paso del COVID-19 por nuestro país.
No es necesario que la población utilice cubrebocas o máscaras de protección N95, “a menos que estemos al cuidado de un enfermo, seamos portadores de la enfermedad o tengamos síntomas, para evitar contagios. Las mascarillas N95 o de alta eficiencia deben limitarse al uso del personal de salud que atiende a pacientes sospechosos o confirmados con coronavirus”, dijo la académica.
Es importante seguir esta recomendación, pues utilizar cubrebocas no es simple; si no se usa de manera adecuada, nosotros mismos podemos contaminarnos. Por ejemplo, “al concluir su uso debemos desecharlo de inmediato, pues de otra manera también implica un riesgo de salud”.
También se debe estornudar en el ángulo del codo para evitar que las gotas de saliva que expulsamos se dispersen en el ambiente. Otra opción es cubrirnos boca y nariz con un pañuelo desechable y tirarlo de inmediato en un bote de basura.
Jiménez Corona destacó la importancia de las acciones que en las últimas semana ha implementado el gobierno de México, así como la actuación de todas las instituciones del sector salud, y el papel relevante de la UNAM para brindar información científica y actualizada, que puede consultarse en la página electrónica unam.mx.