OPINIÓN

Para que todo siga igual

Revelaciones

Margarito Escudero Luis

Cada ciclo que la Historia cierra es doloroso, sobre todo para aquellos que prefieren que las cosas no cambien, que todo siga igual.
Y se esfuerzan por conservar su estilo de vida cuando la realidad los empuja hacia otro episodio.

Nada es eterno, todo cambia.

Los habitantes de este territorio al que hoy llamamos México, sufrieron el brutal cambio provocado por la invasión española.
Los españoles padecieron la transformación que impulsó su propia descendencia.

Sin embargo, quienes añoraban la vida monárquica pretendieron regresar en el tiempo a reinstaurar lo que ya se había cambiado.

La sociedad de entonces no lo permitió y el gobierno reformó las leyes para que México reimpulsara su camino hacia el futuro.

Al cabo de un tiempo, México volvió a cimbrarse, las condiciones sociales ya no eran propicias para una vida social justa y equitativa.

La Revolución Mexicana fue el clímax de una situación insostenible cuando una minoría vivía su rico estilo de vida a costa de la pobreza, desnutrición e ignorancia de la mayoría ciudadana.

A partir del triunfo revolucionario comenzó una nueva etapa para México, arranque doloroso para los que perdieron la oportunidad de seguir sirviéndose de la gente.
A más de cien años, el período revolucionario se cansó, se agotó y el pueblo busca otro rumbo.

Pero, quienes se sirvieron durante las últimas ocho décadas del sistema emanado de la Revolución, se oponen al cambio, una transformación a fondo de la sociedad los deja desnudos ante la realidad nacional.
Muchos de ellos se enriquecieron brutalmente escamoteando oportunidades a otros.

Ninguna riqueza exagerada tiene un origen honesto y, acumular riqueza a costa de la pobreza de otros, debe ser considerado Crimen de Lesa Humanidad.

Afortunadamente la razón impera hasta este momento. El pueblo se organizó para procurar un cambio de rumbo en la política nacional y voto masivamente para ello.
Quiénes perdieron niegan su derrota y se aferran escandalosamente a un tiempo que recién se terminó.

Los cambios son, a veces, dolorosos para quienes desean seguir como siempre.

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