Los Políticos
Salvador Muñoz
El activismo postelectoral de Ricardo Ahued Bardahuil, presidente municipal electo de Xalapa, pudiera tener en el escenario político de la capital veracruzana, un plan con maña, con intención o no, en torno a lo que será su administración a partir de enero del 2022, si no es que ya se adelantó.
El plan con maña, intencional o no, quizás ni lo perciba el empresario plástico, pensando en un dejo de inocencia de su parte; lo terrible sería lo contrario: la consciencia de ello.
Uno se refiere a este plan con maña tras la decepción de los xalapeños porque todas las expectativas que generó el actual alcalde, Hipólito Rodríguez Herrero, se quedaron en eso, buenas intenciones pero que llevaron a que el tiempo se detuviera por cuatro años en la Atenas Veracruzana sin que pasara nada, absolutamente nada.
Posiblemente los defensores de Hipólito porque debe de haberlos, consideren que las calles pavimentadas o iluminadas sean parte de la labor que el edil tiene entre sus palmarés, pero hay que tomar en cuenta que eso es su trabajo; por así decirlo, de decanto.
Uno esperaba que el alcalde Hipólito trabajara en una obra a la que le pusiera su sello, o si no el de él, al menos el de la Cuarta Transformación. En un momento dado, bajo la idea de tener a un gobernador xalapeño, una obra bipartita o si le hubieran puesto más empeño, tripartita con “una manita” del Gobierno federal, pero que le diera otro matiz a la capital… pero no… Rodríguez Herrero está encaminado a ser el más gris de los presidentes municipales que Xalapa recuerde.
Quizás por eso el activismo postelectoral de Ricardo Ahued, en aras de generar en el xalapeño ese halo de esperanza de que las cosas van a mejorar, y de qué mejor modo que empezando a olvidar al alcalde en turno… digo, qué pena que los empresarios y los inversionistas hagan de lado a las autoridades locales y el invitado de honor a cortar el listón inaugural de un restaurante, en una de las plazas más concurridas por el ateniense, sea el alcalde electo y no el que está en funciones. Sí, me pueden decir y hasta les doy la razón de antemano, que es más fácil que Memo Bouchez conozca a Ricardo Ahued Bardahuil que a Rodríguez Herrero; y hasta se podría debatir que hay que respetar las jerarquías, pero realmente Hipólito tuvo sólo una ocasión en que se ganó el título de Presidente Municipal y fue el día de las elecciones… el resto, es como si nunca se hubiera puesto “el traje” de alcalde.
Es claro que el xalapeño, ya sea empresario o que se mueva en otras actividades, aplica al presidente municipal un prematuro “Muerto el Rey, Viva el Rey”… insisto, el activismo político-electoral de Ricardo Ahued, con intención o no, así lo evidencia.
No sólo fue el restaurante de Memo Bouchez el que inaugura… hace poco igual acompañó a un grupo de emprendedoras para cortar el listón del mercado local X@l@peñísim@s.
Y si esto fuera poco, ya se reunió con artistas, promotores del turismo, cultura y deporte donde se comprometió a impulsar las actividades turísticas y recreativas que promocionen a Xalapa, como no se ha hecho hasta ahora.
Esto es lo que hemos visto… faltan los acuerdos en lo privado, en lo oscurito, los que no ha hecho públicos.
Sí, me pueden decir que otros muchos alcaldes electos están haciendo lo mismo, reuniéndose con sectores de inversión y desarrollo de su municipio, pero aplicando el Protocolo Sanitario Político: guardando la sana distancia con la autoridad municipal a manera de no contaminar su ambiente y darle su lugar… o al menos de que esté acordado, no con el presidente municipal, sino con quienes se haya reunido Ricardo Ahued y se haya puesto de acuerdo. Recuerden que ha estado con los vecinos de Hipólito… entonces, por qué no pensar en ir olvidando el triste papel de Rodríguez Herrero y generar en el xalapeño un aire de esperanza de que a partir de ya, con Ahued, todo puede estar mejor en la Atenas Veracruzana… con buena o mala intención… démosle el beneficio de la inocencia al empresario del plástico… así como cuando dejó al PRI para irse a Morena.