Columna de Opinión
Zaira Rosas
Existen personas que a lo largo de la historia recordamos por sus acciones profundamente transformadoras para la sociedad, seres que aportaron a la humanidad con sus ideas, sus recursos o aún más importante con su voluntad. Ese tipo de personas tuvo algo en común, la empatía y la solidaridad desinteresada. Para lograr la empatía es necesario sentir el dolor o la felicidad del otro, entenderlo como un ser con posibilidades y limitaciones, pero también ser sensible ante sus necesidades.
En días pasados tuve la oportunidad de hablar de la vida de un personaje en la historia de México, a quien debemos los avances del deporte en nuestro país y quien hizo historia a través de la prensa. Me refiero a Don Mario Vázquez Raña, un hombre que durante años dedicó su vida al impulso de una disciplina que le dio todo lo que tenía en la vida, pues a través de esta aprendió del compromiso y el trabajo en equipo.
Además, se volvió el dueño de la cadena de prensa más importante del país, misma que le permitió ejercer un periodismo veraz y crítico con el que decía servir a la sociedad. Don Mario de manera constante hablaba de la importancia de sumar esfuerzos, pues sólo en conjunto y trabajando en comunidad, pensando en un bien colectivo, se puede verdaderamente lograr algo en la vida.
Sin duda su ejemplo permeó en otras generaciones y el esfuerzo que varias organizaciones hacen por posicionar a México a nivel internacional en el ámbito deportivo es un reflejo del amor que él tenía por esta disciplina.
Personas como Don Mario Vázquez Raña son las que trascienden por medio de acciones y un ejemplo constante, son seres coherentes que actúan según lo que predican, en la actualidad gran parte de los líderes pueden hablar sobre su interés por la comunidad, pero pocas personas lo demuestran.
¿Cómo identificar a quien genuinamente busca un bien común? Es sencillo, son personas con empatía por el otro, su rostro refleja bondad y de inmediato verás cómo se les acercan otras personas y su expresión es en todo momento cordial, así percibí al Vocero del Gobierno de la República, Jesús Ramírez Cuevas, a quien tuve la oportunidad de observar en medio de una convivencia con más de 500 personas.
Lo común en los políticos de antaño era conducirse con escoltas y no permitir la cercanía con los demás, en la actualidad esto no es funcional, pues para creer en alguien necesitamos conocerle, pero no basta con poner una sonrisa entregando despensas o en imágenes, se requiere de una cercanía real que demuestre justo la empatía por el otro.
Este es el ejemplo de la fórmula ganadora, tener un interés genuino en las personas, saber cuáles son sus problemáticas y buscar soluciones a las mismas, así fue Jesús Ramírez Cuevas entre todos los periodistas de Veracruz, además de saludar con cordialidad a todos, escucharlos y convivir con ellos, dando voz al mensaje del presidente, les ofreció seguridad social a quienes ejercen una peligrosa profesión en nuestro país.
Con lo anterior si bien no se resuelve una compleja problemática, si se demuestra interés por una profesión sumamente vulnerada y olvidada en otras ocasiones donde la distribución del presupuesto atendía a intereses generales. Acciones como esta denotan empatía y una profunda preocupación por los semejantes que más personas deberíamos aprender para hacer de nuestro entorno el lugar mejor que todos merecemos.