Los Políticos
Salvador Muñoz
A mediados de septiembre, allá en Torreón, Coahuila, maestros y directora pidieron el auxilio de la Cruz Roja, pues cerca de una decena de estudiantes presentaban síntomas de intoxicación, apenas hilaban palabra, algunos inconscientes y otros, con respiración agitada… lo que había causado esto, fue el haber ingerido durante el receso, Clonazepam, un fármaco con propiedades ansiolíticas, anticonvulsionantes, sedantes, hipnóticas y estabilizadoras del estado de ánimo… en pocas palabras, su consumo te “desguanza”…
El motivo para que hayan tomado este medicamento, fue un reto que supuestamente vieron en Tik Tok que consiste en su consumo en grupo y el ganador es el que se duerme al último…
Busqué el reto en esa aplicación pero me encontré sólo el comentario de un chavo sobre este caso de la secundaria de Torreón… nada más…
Dos meses después, pero ahora en Boca del Río, en el Ilustre Instituto Veracruzano, siete bachilleres siguieron el mismo “reto pendejo” (no hay otra forma de decirlo) generando alarma tanto en plantel, familiares, autoridades educativas, así como sociedad en general…
El Gobernador advirtió que dichos estudiantes tendrán una sanción con motivo de haber introducido un medicamento controlado a las instalaciones del plantel y volvió a insistir en que sean los padres de familia la primera aduana en aras de evitar episodios como el expuesto, es decir: aplicarles el Operativo Mochila… ¡la báscula, pues!
Hasta ahí todo bien… salvo un ligero detalle… ¿Cómo un adolescente puede tener acceso a una caja o una cantidad importante de este medicamento que se supone es controlado?
En el caso de la secundaria de Torreón, se dio a conocer que fue una alumna la que llevó una caja… en el Ilustre, se desconoce quién lo llevó… aunque lo relevante sería atender dos puntos:
Si el chavo o chava agarró el medicamento de su casa, hay que advertir a sus tutores de las medidas a tomar teniendo esto en el domicilio… y niños y/o adolescentes; ¡ah! y mínimo, una cagotiza marca diablo al chavo o chava…
Lo más preocupante: Si se adquirió vía Farmacia, cómo fue, dónde fue, porque se supone, insisto, en que es un medicamento controlado.
Entre los comentarios que se dieron en el Tik Tok de quien habló del caso de Torreón, había tres que me llamaron la atención:
El primero, de alguien que pedía que no se preocuparan, que fue “en chilli”, que después de investigar qué madres es eso, resulta que indica que es un término que utilizan los chavitos para decir que es algo de cuates, en paz, sin broncas… es decir, veían esto como un juego, una broma, un reto para diversión…
El segundo comentario alguien que decía que en cualquier farmacia de genéricos puedes “conseguir” el Clonazepam sin tantas broncas…
Y el último, uno que decía que “yo puedo conseguir las recetas”…
Hace algunos meses me llamó la atención en la tienda de autoservicio a la que acudimos a hacer la despensa, unos letreros que advertían de las sanciones a recibir a quien se sorprendiera “haciendo retos”… y es que había quienes se grababan destapando yogures u otras bebidas… Pensar que los retos que teníamos en nuestros años mozos era atrevernos a hablarle a una chica, aunque sí, he de reconocer que teníamos algunos “retos pendejos”, como tocar el timbre y salir corriendo… ¿pero “desguanzarse? ¿O esto de los retos pendejos no será parte también de que nuestra niñez y juventud ven a sus adultos batiendo “récords pendejos”? Es pregunta…