Columna de Opinión
Zaira Rosas
El poder siempre va a requerir de un punto de equilibrio, principalmente el poder al frente de una democracia, para evitar que esta termine siendo una dictadura, donde bajo decisiones de “mayorías” no se contemple lo que públicos menores podrían requerir. En México existe la representación proporcional, para lograr que incluso quienes no han sido votados tengan participación dentro de las decisiones del país, con lo anterior el principal objetivo es que toda persona pueda verse representada.
Sin embargo, la noche del 29 de abril se vivió un episodio inédito en la historia del país, que hizo que a manera de “fast-track” se aprobaran 20 leyes y reformas en una sede alterna del senado. Esto ocurrió después de una reunión que tuvieron los senadores de Morena y aliados con el Presidente y las 4 “corcholatas” en Palacio Nacional. La reunión pudo o no ser para recibir la indicación de aprobar a como diera lugar estas iniciativas, pero el simple orden cronológico de los sucesos, ya es parte de una narrativa de poder.
En 2024 será el proceso electoral que definirá un cambio en presidencia, pero desde ahora estamos experimentando todo tipo de movimientos y estrategias que nos permitan perfilar hacia dónde se inclina la balanza. Desafortunadamente en México, poco nos informamos de nuestros propios procesos ciudadanos, la manera más sencilla de adquirir una opinión es mediante la agenda de dominio público, cuya narrativa se centra en eventos quizás superficiales como el concierto de “Rosalía”, los pleitos constantes de la oposición y hasta los resultados de algún deporte, pero poco discutimos respecto a lo ocurrido en una sede alterna del senado, porque es muy probable que nuestra opinión se rija por lo que vemos en medios y no lo que investigamos.
Desafortunadamente en la actualidad el contenido más posicionado no es informativo, de ahí que en nuestro breviario cultural figuren más los narcocorridos, series tele novelescas y dramas, por encima de la realidad social. En medio de este panorama resulta sencillo burlar todo orden jurídico y considerar como la mejor estrategia el uso de una mayoría para aprobar todo tipo de panorama que avale el proyecto de transformación que quiera Morena. ¿Es el mejor rumbo?¿son realmente buenas reformas? A ciencia cierta no puede saberse pues el fast track con el que se aprobaron no da pie a debate o discusión donde la única oposición que podría estar presente se había situado en otro espacio del mismo edificio.
El suceso del patio central de Xicotencatl pasó por distintas etapas cuestionables, ¿es legal sesionar en otro espacio físico? Sí, lo que no es válido es hacerlo con falta de quórum, para lo que se tomó la protesta a una suplente y así poder avalar en menos de 10 minutos por propuesta todo lo planteado. Aquí lo evidente es el control de narrativas, donde desde hace algunos años se deja en claro que prevalece una única voluntad, misma que a falta de una oposición sólida y con intenciones claras, seguirá creciendo sin importar cuál sea su transparencia. No hay contrincantes en el juego y esto se demuestra día con día.
La narrativa, el poder y todos los recursos están hacia un mismo punto, no importa si en otra época esto sería un escándalo, si sucesos atroces como la omisión de humanidad con migrantes, el creciente número de feminicidios o desaparecidos se incrementa, porque en la opinión pública siguen dominando los datos que nos quieran dar y hemos vuelto a una época donde parece que al pueblo bueno sólo le convence el pan y el circo.