MAP. Ricardo Meza Domínguez
México.- La inteligencia artificial sirve para resolver, la proliferación de bulos y rumores en la información y las intromisiones en la vida privada de los ciudadanos. La sociedad Factmata recurre a la inteligencia artificial para contrarrestar la desinformación y la firma D-ID para proteger la identidad de las personas contra los sistemas de reconocimiento facial. Las tecnologías de vanguardia de estas dos empresas figuraron entre las diez seleccionadas en todo el mundo por el Observatorio Netexplo para su presentación en un foro llevado a cabo en el 2019, que tuvo lugar en abril en la Sede de la UNESCO.
El objetivo fue crear un nuevo sistema universal para clasificar la calidad de los contenidos publicados en línea, a fin de implantarlos en navegadores, buscadores y otros dispositivos cibernéticos, como las plataformas mercantiles digitales que a menudo facilitan, mediante subastas en tiempo real, la compraventa de inventarios de publicidad de medios de comunicación e información procedentes de múltiples redes publicitarias. Esto garantizará una mejor clasificación y cotización del periodismo de calidad y, por ende, una desvalorización de los contenidos de escasa credibilidad y seguridad.
La diferencia que hay entre Factmata y otros programas informáticos, por ejemplo el que usan las redes sociales donde se difunde todo tipo de información, la tecnología puede llegar a ser más precisa gracias a que se recurre exclusivamente a grupos de expertos para elaborar un programa informático, lo que permite utilizar el conjunto de datos de capacitación cuyo mantenimiento es difícil y consume mucho tiempo, en vez de utilizar otros conjuntos de datos abiertos a los que cualquiera puede tener acceso. Mantener estos datos es muy complicado y toma mucho tiempo. Se ha descubierto cómo obtenerlos de manera menos costosa y más eficaz que los demás, haciendo que los usuarios participen en este proceso.
Los ciudadanos son sus usuarios principales los que desean recurrir a los instrumentos que ofrecemos para poner a prueba su espíritu crítico, y también marcas comerciales y gobiernos que tratan de asegurarse de que pueden vigilar a quienes difunden rumores nocivos para la salud pública, o propalan bulos que pueden desbaratar el lanzamiento de un producto o una campaña de publicidad, afectando con esto a las empresas.
Muchos se preguntan que si para eliminar esos bulos y rumores, es mejor utilizar la inteligencia artificial ya que es más eficaz que la habilidad humana, pues la inteligencia humana es más eficaz con gran diferencia. Sin embargo, no es posible multiplicar el número de personas susceptibles de desempeñar esa tarea. Los algoritmos implantados en numerosos ordenadores pueden escanear millones de elementos de contenido por segundo y detectar los bulos, mientras que no es posible aumentar el número de seres humanos y ponerlos a filtrar ese enorme volumen de datos sin que pronto se fatiguen. Por lo tanto, la solución es utilizar simultáneamente los recursos humanos disponibles y la inteligencia artificial.