Columna de Opinión
MAP. Ricardo Meza Domínguez
México.- Actualmente es más común en las aulas escuchar a los alumnos hacer uso de la IA para elaborar trabajos y tareas, así como para el estudio de los temas que son de su interés de algunos analistas o investigadores, lo mismo esta sucediendo en las oficinas y despachos, mediante la redacción de un simple correo electrónico y hasta el planteamiento de consultas sofisticadas, que permiten generar diversos insumos necesarios para la toma de decisiones.
Esto sucede como un cambio para tomar un orden social, esta irrupción ha despertado múltiples opiniones e inquietudes, algunas de ellas con visiones catastróficas, pues el ser humano tiene miedo a los cambios en las que percibe miedo y piensa que pueda suceder una catástrofe, es una sensación de desplazamiento de lo humano por las máquinas esto es natural y factible en muchos casos, así a sucedido a través de la historia humana todo cambio genera temor pero después se encuentra una adaptación que facilita la vida para las personas.
Otras visiones con mente amplia y deseosos a cambios que ayuden a mejorar la vida del ser humano se muestran con una total apertura al uso de nuevas tecnologías, haciendo uso de estas herramientas con toda libertad y, sin tomar en cuenta, ya sea de manera consciente o inconsciente, las implicaciones jurídicas, éticas o morales de su empleo y entre estas dos posturas podemos encontrar una amplia gama de matices en los que podríamos detenernos sin duda alguna.
En consecuencia se puede afirmar que nuestra cotidianidad está cada vez más inmersa en esta tendencia global que, si bien tiene su punto de partida en el sector tecnológico, ha ido permeando rápidamente en los ámbitos económico, científico, político, cultural, social y actualmente hasta en el área espacial.
Resulta cada vez más recurrente que la inteligencia artificial sea un tema mas recurrente en todos los ámbitos de la vida diaria, pues de manera abrupta se ha ido incorporando en todas las actividades de la vida en sociedad. En un principio se fue introduciendo de forma imperceptiblemente en la vida económica y así se fue filtrando en todos las áreas todo a partir de la automatización de los procesos de atención al cliente o la generación de algoritmos predictivos y de comercio electrónico. También hemos percibido como internautas, al navegar en los buscadores o al interactuar en nuestras redes sociales, acercando temas específicos para cada cliente, con bienes y servicios que compaginan con nuestras preferencias, intereses y necesidades.
La IA hecho su aparición en el campo científico y de la investigación, creando con esto una revolución con todas las posibilidades que se abren gracias a su uso, al igual que en el mundo de la cultura e incluso de las artes, que también han sido testigos de las capacidades de la inteligencia artificial, al ver múltiples recreaciones y reinterpretaciones generadas a partir de otras obras, ello con independencia de las polémicas que ha suscitado en torno a la originalidad de los productos académicos y científicos derivados de su uso.
Una de estas inquietudes la encontramos en la vida laboral, que está siendo remodelada por la adopción de la inteligencia artificial en el mundo empresarial y de los negocios en general. Es claro que los empleos que desempeñan funciones administrativas son los que tienen un mayor riesgo de cara a la automatización, sin embargo, de acuerdo con un estudio de la Organización Mundial del Trabajo, lo más probable es que el mayor impacto de esta tecnología no sea la destrucción de empleo, sino más bien los cambios potenciales en la calidad de los puestos de trabajo, en particular la intensidad del trabajo y la autonomía.
La reingeniria administrativa en los trabajos sera una tarea en la que las empresas deben poner mas atención y orientar a sus empleados al uso de nuevas tecnologías aunque es claro que si habrá que despedir a muchas personas pero también estos sujetos se deben adaptarse al nuevo mundo tecnológico en el uso diario de la IA con la que se tendrá que vivir. En este campo, no cabe duda de que nos encontramos en un período de transición relevante, en el que algunos puestos de trabajo son susceptibles de caer en el desuso a la luz de la automatización que brindan estas herramientas.