ColumnaSinNombre
@pablojair
- ¿’Tons ya le van a quitar los guaruras al “Erit”?
- Los carroñeros de hace unos días.
- Se busca nombre para el “lomito” de Cazarín.
Cada día crecen más los rumores
de que las oscuras deslealtades siguen
y ahora se cuecen en Perote
–Chopenjawer
Finalmente se cristalizó lo que ya se venía comentando desde hace meses: Rocío Nahle es ya la virtual candidata de Morena a la gubernatura de Veracruz y con amplias posibilidades de ganar en 2024.
Rocío hará historia como la primera mujer gobernadora de Veracruz.
Y no, no es cebollazo, es cosa de ver las encuestas que se han manejado desde hace rato: Nahle y Morena traían las preferencias, desde hace rato, muy arriba.
Sobre esto, hay situaciones para reflexionar sobre lo que se ha visto en los últimos meses.
Por ejemplo, hasta el momento no se ve una oposición fuerte; y por lo que se ve, en ese frente opositor –que todavía no cuaja en Veracruz a 7 meses de las elecciones– van a volver a lanzar al ruedo a los mismos cartuchos quemados que ya han tenido sendas derrotas en el pasado reciente, mismos que son engañados un día sí y al otro también por sus lampreas de antaño.
En este sentido, la única resistencia que Rocío Nahle encontró para que no llegara a la posición donde está en este momento, fue al interior de su propio partido; un paso marcado por deslealtades, traiciones y egos inflados.
Desde un inicio de la administración había dos grupos fuertes en Morena que se vieron compitiendo (ojo, no peleando) por la permanencia en el poder: el del gobernador Cuitláhuac García Jiménez y el del delegado federal Manuel Huerta.
Esa “armonía” estaba equilibrada y había balance en el ambiente; aunque Huerta de vez en cuando soltaba críticas a la actual administración y a la secretaria de Energía. Del otro lado no le respondían: no veían necesario pelear.
Pero quien vino a descomponer todo el tamal fue el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, a quien le ganó la ambición (vulgar, como dice el gober) pese a haber llegado a la actual administración por invitación del propio mandatario estatal y a recomendación de Rocío Nahle.
Muchos se siguen preguntando porqué es que le dieron tanto poder a alguien que ni siquiera hizo carrera política en Veracruz, vivió la mayor parte de su vida en Baja California Sur y su único vínculo con la entidad es haber nacido en la Cuenca del Papaloapan.
Cisneros no sólo se rodeó de catadores de flatulencias profesionales (por cierto, ahí siguen incrustados en la nómina), sino que también invadió áreas que no le competían y era hasta pública la manera que “rebasaba” al gobernador en eventos.
Con todo ese “power” otorgado, Cisneros mostró su verdadero ser: inició atacando a sus compañeros de gabinete, luego traicionó a quien lo recomendó, desplazaba a cada rato al jefe y pretendió plantar (con al menos 40 millones de pesos mensuales, según los cálculos de quienes lo vigilan de cerquita) su bandera en territorio veracruzano con ínfulas de un Príncipe Yanga “patito” y “reloaded”.
Todavía, antes de renunciar a la secretaría de Gobierno, se dio el lujo de seguir engañando diciendo que no iba por la gubernatura de Veracruz…
Pero era cosa de usar el sentido común: viendo harto dinero, popularidad comprada y apoyo político, ¿quién diantres no quisiera lanzarse a la grande para ver si la pescaba o siquiera se quedaba con una senaduría o diputación?
Unos meses atrás se sabía que la pretensión de Eric Cisneros para seguir en el poder era convertirse en diputado local y ser el presidente de la Junta de Coordinación Política (la famosa JuCoPo) del Congreso; un cargo con muchísimo poder desde donde se controlan las Presidencias Municipales y organismos como el temido Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS).
Pero algo pasó que dijo “nel, voy por la grande, topus”.
Ahora se ve poco probable que a Eric lo vayan a rescatar luego de su desastrosa deslealtad. Sería de tontos que le volvieran a dar cargos importantes o cederle espacios claves de la administración pública en lo que resta del sexenio o en el que sigue.
Vaya, quién en su sano juicio querría tener en el Congreso a un presidente de JuCoPo que al poco tiempo se convierta nuevamente en un dolor de testículos; o en este caso, ovarios.
Hasta hace unos días, los ataques y actitud retadora de Eric se recrudecieron. Quien se dio cuenta de lo que estaba pasando fue Manuel Huerta, quien –con todo el colmillo que dan los años de experiencia– bajó el tono de sus propias críticas y hasta abrió la posibilidad de que una mujer fuese la abanderada de Morena para el 2024.
De ahí surgieron los rumores de que nuevamente los grupos más fuertes del estado, los Cuitla-nahleistas y los Huertistas, acordaron un objetivo común, más a sabiendas de que tenían los números a su favor.
Esta mañana, por ejemplo, en la conferencia de prensa del gobernador, a éste se le vio medio ansioso y soltó que había qué recibir con mucho gusto la nominación de una mujer como coordinadora de la Defensa de la 4T en Veracruz, cargo honorario que inventaron para crear una figura parecida a algo así como una pre-pre-candidata de Morena a la gubernatura.
Huerta, por su parte, fue de los que habló en estos días con la verdad, diciendo que tenía buenos números en la encuesta.
Tuvo toda la razón: eso se vio este viernes por la mañana cuando se presentaron los resultados finales de las encuestas en la Ciudad de México que le favorecieron en diversos ámbitos. De hecho, a varios les sorprendieron las cifras tan buenas que sacó Huerta y uno que otro simpatizante de Nahle se puso nervioso. Los más avorazados hasta dijeron que Huerta había ganado.
Los que conocen al ex delegado del Bienestar saben que el veterano político es de los que caminan mucho sin hacer ruido. Se mete a los pueblos y va tejiendo estructura sin llamar mucho la atención. Es muy probable que ni Nahle ni Cisneros se hayan dado cuenta de lo mucho que avanzó en el estado, reflejándose en las cifras presentadas este 10 de noviembre.
Hoy, finalmente los grupos más fuertes de morenistas en el estado volvieron a mostrar músculo, a cerrar filas unidos hasta con los líderes de los partidos aliados, con todo y que tenían a un negrito en el arroz que les estaba arruinando el estofado.
NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Por cierto, ¿y le van a seguir dejando las tres camionetas blancas oficiales cargadas con guaruras armados a Eric Cisneros? ¿No se supone que ya no es funcionario de gobierno y trae tanta lana que hasta podría pagarse unos escoltas privados aunque sea de petatiux? O a lo mejor el alcalde de Coatepec, “Inmundo” Andrade, le hace como con Cirilo Vázquez y le pone la Policía Municipal a su disposición.
OTRA NOTA: Que mal se vieron algunos actores políticos identificados con el yunismo y algunos periodistas de 10 gramos, que anduvieron como carroñeros buscando reflectores y brindar “asesoría” justo en los momentos álgidos de la protesta de los colectivos de familiares de personas desaparecidas, quienes tenían cerrado el centro de Xalapa y bloqueando el Palacio de Gobierno y las instalaciones de Seguridad Pública… Al parecer, se les calentó la cola y ya sentían que estaban viviendo nuevamente ese momento cuando las huestes yunistas tomaron la sede del Poder Ejecutivo a finales de 2016, cuando era gobernador interino Flavino Ríos Alvarado… O sea, dicen que la animosidad de estos carroñeros (bateados de la cercanía del poder, luego que se han servido por años del mismo) era algo así como que ya se estaba derrocando al gobierno de la Cuarta Transformeishion en Veracruz, en una revolución “patito” y “desestabilizadora” de dos pesos… Fueron los mismos colectivos quienes mandaron a freír espárragos a estos carroñeros, pues fueron muy claros en su protesta y no querían que se viera politizada, como ocurrió con una perredista que hasta cruces fue a poner en la escalinata de Xalapa para llamar la atención en un tema tan delicado y sensible… No entienden que no entienden…
LA ÚLTIMA PORQUE ES VIERNES Y HAY AGUARDIENTE FINO DE MAHUIXTLÁN: Que el diputado Juan Javier Gómez Cazarín está pidiéndole a sus miles de fans de redes sociales que lo ayuden a ponerle nombre al chido cachorrito de pelaje azabache que le regalaron en estos días y que dio a conocer en sus redes sociales… Algunos castrosos de Coatepec ya andan sugiriendo nombres como “El Blacky” o “Negro”, pero ese nombre como que es de perdedores ahorita.
