OPINIÓN

EL CHICLE

Los Políticos

Salvador Muñoz

En el 2012, siendo diputado federal, Juan Manuel Diez Francos presentó una iniciativa que pretendía aplicar un impuesto especial al chicle, por la contaminación ambiental, visual y el costo que genera retirarla de árboles, calles y mobiliario urbano, ya sin contar en mesas de restaurantes, butacas, pupitres, ¡zapatos! y más preocupante, el daño que puede ocasionar en aves.

Hay que agregar, de acuerdo a lo expuesto por el legislador chayotero, que un chicle contiene cantidad de gérmenes, lo que de cierto modo, se vuelven “bombas de sabor y contaminación”.

La iniciativa quedó en una anécdota legislativa pero es seguro que mucha gente tenga algo que recordar alrededor de la goma de mascar… como por ejemplo la frase “Ya pegó su chicle”, que implicaba el éxito romántico de alguien.

Hace muchos años, antes de la “La Ley del Chicle”, en los pasillos de Palacio de Gobierno, en algún evento del Gobernador, coincidí en una de las puertas aledañas a la Subsecretaría de Gobierno, con el mandatario Fidel Herrera Beltrán, Jon Rementería Sempé, otros funcionarios y uno que otro reportero. Alguien llamó al de Nopaltepec para que entrara a un salón y entonces, Fidel Herrera se sacó de la boca un chicle y checó de inmediato dónde ponerlo. No sé si el Gobernador lo buscó o el entonces titular de Salud lo hizo de motu proprio, y extendió las manos o una de ellas, no lo recuerdo, pero sí recuerdo que Fidel vio en ellas el lugar inmediato para poner su chicle. Ya no seguí a Rementería por seguir a Fidel, así que no sé a dónde haya ido a parar ese chicle.

En lo particular, fue desagradable, no tanto el que Fidel Herrera pusiera el chicle en las manos del funcionario, sino la actitud servil de éste que bien pudo ser tan diferente como un gesto de cortesía, si hubiera sacado un pañuelo (o servilleta) para que allí depositara el Gobernador la goma de mascar, mascada.

Los chicles vienen a colación porque nuevamente salió a relucir Xóchitl Gálvez con las gomas de mascar. Tempranito, abriendo “X”, lo primero que me encuentro es a la candidata Xóchitl en un  video, volteando hacia una asistente para entregarle con la mano izquierda una botella con agua, y con la derecha, una goma de mascar, mascada.

Es seguro que esta anécdota del nuevo chicle de Xóchitl con la de Fidel Herrera, pudiera dar lugar a cantidad de comentarios, pero sólo me enfocaré a hacer dos preguntas:

¿Qué tanto dice de una persona que es capaz de poner un chicle salido de su boca, en manos de un subalterno?

¿Usted, en la posición de Fidel o Xóchitl, haría lo mismo?

Cabe una tercera pregunta: ¿Usted les recibiría el chicle?

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