Alejandro Ávila
Veracruz, Ver.- En un operativo coordinado entre autoridades estatales y federales, este jueves fue detenido Juan Carlos Gómez Morales, alias “El Wero Quesero”, sujeto que es ubicado por las autoridades ministeriales como presunto responsable del homicidio del ex alcalde de San Juan Evangelista (2018—2022), y fuerte operador de la delincuencia organizada con el control del tráfico de migrantes, cobro de piso, sicariato, robo de ganado, robo de transporte de carga en carretera así como secuestro.
Juan Carlos N, originario de San Juan Evangelista, era un objetivo de alto perfil muy buscado por el gobierno por su impunidad y violencia, manteniendo a cuota a comerciantes, ganaderos, taxistas y personas de bien a las que les quitaba su dinero bajo la fachada de que es un comerciante de queso y ganadero, cuando en realidad se trata de un jefe de delincuencia organizada con numerosos homicidios en su haber.
El más sonado hasta ahora, el del ex alcalde de San Juan Evangelista, Andrés Valencia Ríos, ocurrido en febrero pasado en un sembradío de sandía de la comunidad de La Lima, ahí en San Juan, cuando el ex servidor público se encontraba como voluntario coordinando los trabajos para rescatar el cadáver de un pescador originario de Juan Rodríguez Clara, que se había ahogado en aguas del río del mismo nombre.
A ese sitio supuestamente arribaron dos pistoleros en moto, que estuvieron analizando los movimientos de Valencia Ríos y que en un descuido le dieron muerte de un certero balazo en el pecho, hiriendo al director de Protección Civil de Juan Rodríguez Clara que también se encontraba en ese punto ayudando a rescatar los restos de su paisano.
ANDRÉS VALENCIA CREÓ POLICÍA QUE CORRIÓ AL WERO QUESERO
De 49 años de edad, se dice que El Wero Quesero atentó contra Andrés Valencia ya que lo odiaba porque al arribo de su administración, Valencia Ríos montó una policía municipal de primer nivel, capacitada, bien equipada y con salarios dignos que tenían como misión acabar con el robo de ganado, el secuestro, el robo de mercancía y el cobro de piso, lo que pegó directamente en los ingresos de la delincuencia organizada comandada por Wero Quesero.
Además, la delincuencia que en otros años incluso hasta llegó a robarse los cajeros del palacio municipal de San Juan, se vio muy acodada por las acciones de los municipales de la administración de Valencia Ríos, al grado de que en unos meses, los gendarmes de San Juan se ganaron el reconocimiento de las autoridades de la Mesa por la Construcción de la Paz al haber abatido el cobro de cuotas, el secuestro, el robo de ganado. San Juan Evangelista se constituyó como modelo de seguridad en Veracruz, según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Antes del arribo del gobierno de Andrés Valencia Ríos, en poblados como la Lima y La Cerquilla, El Wero Quesero contaba con centros de operaciones para la distribución de droga, casas de seguridad y bodegas donde guardaba los productos que se robaba su gente en la carretera (lo que implicaba la desaparición y asesinato de traileros inocentes) desde electrodomésticos, material para la construcción y no perecederos, y los gobiernos municipales del pasado no le hacían nada por temor, preferían que el Quesero y su gente mataran, secuestraran y robaran antes de arriesgarse a combatirlo.
De hecho, preferían tenerlo como su amigo, invitarlo a sus fiestas y departir con el reconocido jefe de la mafia local antes de ponerle un alto a sus abusos, dándole manga ancha para seguir sangrando al pueblo, de donde le gustaba obtener ingresos sin trabajar, él y su gente.
Debe ponerse en contexto que los municipales de San Juan fueron los únicos que hicieron frente a comandos de la delincuencia organizada en diversos enfrentamientos, los más sonados el de La Cerquilla en abril del 2019 y el de Juanita, y el de agosto del mismo año en Juanita, donde a penas nueve oficiales de la municipal hicieron correr a un grupo de al menos 40 pistoleros que a su paso dejaron armamento y vehículos abandonados, lo que puso más furiosos a los líderes del cártel, pues se percataron de que a pesar de que contaban con muchos hombres bien armados, ante policías capacitados y elementos en retiro de la SEMAR y Ejercito, solo eran simples patitos de feria muy vulnerables ya que si quiera podían manejar su armamento.
Andrés Valencia con su policía municipal puso orden en San Juan, y eso fue lo que el Wero Quesero nunca le perdonó, por lo cual se comenta entre autoridades que ante los fuertes rumores de que Andrés Valencia ya sonaba para las municipales del 2025, le cortó sus aspiraciones.
Tras huir de San Juan Evangelista, que se convirtió en un municipio de paz, donde no se permitía el cobro de cuota y la venta de droga, El Wero Quesero se movió al municipio de Hueyapan de Ocampo, a donde se desplazó con toda su operación y red de distribución de droga al menudeo.
Tras varios años en Hueyapan escondido, se supo que fue enviado a Poza Rica para seguir sangrando a gente inocente mediante sus acciones al margen de la ley, zona que dejó a raíz del incremento de la violencia y el escándalo por las casas que aparecieron en 2023 con neveras llenas de cadáveres hechos pedazos.
De unos meses a la fecha, regresó a Acayucan en donde era ubicado como responsable del cobro de piso, homicidios, extorsiones a taxistas, y numerosas actividades delictivas que comenzaron a sacudir a Acayucan y a la región, por lo cual se puso en la mira de la Secretaría de Seguridad Pública, de FGR y de la Guardia Nacional.
El pasado 9 de mayo, elementos de la Fuerza Civil dieron con un grupo de delincuentes ligados a la ejecución de un agente municipal, a los cuales siguieron hasta el poblado de La Laguna, de Acayucan, en donde hubo un enfrentamiento sin detenidos ni heridos, pero las autoridades aseguraron vehículos, armamento, equipo táctico y una casa de seguridad en la cual encontraron indicios de la presencia del Wero Quesero, confirmándose que sí operaba en la región operando de nuevo.
En noviembre de 2020, elementos de la Fuerza Civil desmantelaron una fiesta en honor a la Santa Muerte en una de las casas del Wero Quesero en la cabecera de San Juan Evangelista, en el altar de la muerte, los que celebraban mostraban fotos de pistoleros y secuestradores que habían sido abatidos por las autoridades, ellos les estaban rindiendo culto, oraciones y jurando que tomarían venganza, dejando a la Santa Muerte como testigo.
En esa fiesta desmantelada, donde además se encontraron diversas dosis de estupefacientes, detuvieron a cuatro personas, entre ellos a Luis Manuel Vázquez Domínguez, alias “El Chamchamo”, administrador de los taxis propiedad de El Wero Quesero, y a su vez, uno de sus más fuertes operadores cuya tarea principal consistía en llevar mensajes de su jefe con amenazas para otros taxistas de Acayucan y Oluta, a los que exigían 500 pesos mensuales para no ser blancos de atentados o homicidios.
Si los taxistas no pagaban a cuota, eran blanco de hostilidades, incluso atentados a balazos para obligarlos a pagar y mantener al Wero Quesero y a su gente, tras ser asesinado en San Juan, el primero de octubre de 2023, la policía investigadora consignó que el El Chamchamo aparecía como cabecilla de la red de extorsionadores de Juan Carlos Gómez Morales, y que todo lo operaba manejando sus taxis, como un fachad perfecta, amenazando a los taxistas de bien para que paguen sus cuotas con la delincuencia.
EL WERO QUESERO, JEFE DE ALTO PERFIL
Una informe con datos sobre su perfil, indica que es jefe de una célula de la delincuencia organizada del Cártel de Jalisco en el sur de Veracruz y que toda su familia radica en la cabecera de San Juan Evangelista, donde se dedican a la ganadería y a la elaboración y comercio de queso, como parte de su búsqueda, en días pasado sus casa fue cateada en busca de su paradero ante los numerosos hechos de violencia en Acayucan y sus alrededores.
El Registro Nacional de Detenciones, dependiente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, indica que fue detenido el jueves 23 de mayo a las 4:50 de la tarde, en la comunidad de el Limonal, perteneciente al municipio de Tlalixcoyan, una zona con fuerte presencia de grupos del Cártel de Jalisco dedicados al robo de hidrocarburos.