Los Políticos
Salvador Muñoz
Pues en los Yunes, parece que el pastel ya se repartió: Fernando, para el 2024; Miguel chico, para la alcaldía este 2021. Si las cosas fueran así de simples, el que estaría gobernando la entidad por meras “querencias propias”, sería Chiquiyunes. La realidad es más dura, como la bofetada que recibieron hace dos años, “Haiga sido, como haiga sido”.
Sacar a Miguel Ángel en este momento como una de las cartas fuertes para la alcaldía de Veracruz, exhibe miedo, debilidad y hasta cierto punto, desesperación por parte de los Yunes, y cuando refiero a “Los Yunes”, en este caso excluyo a don Miguel y atribuyo la jugada a los dos hermanos, Nando y Micky.
¿Por qué considerarlo un acto desesperado, de debilidad y miedo? Porque de las tres cartas que expuso el alcalde Fernando Yunes Márquez como potenciales candidatas, simplemente no crecieron ante el aspirante que las encuestas marcan como favorito por encima de panistas y demás probables aspirantes a la alcaldía porteña: Bingen Rementería… entonces, qué quedaba por hacer: “recurrir a la vieja confiable”…
(“La vieja confiable” es parte de un meme donde los protagonistas son Bob Esponja y Patricio; intenta explicar que ante cualquier problema, nada mejor como recurrir a algo conocido para desechar opciones nuevas… adultos, por favor, diríjanse a sus parientes adolescentes o infantiles para que se los expliquen)
Sinceramente yo esperaba que Miguel Ángel Yunes Márquez se embarcara como candidato a diputado si es que aspiraba a la revancha por la gubernatura. Digo, la cantidad de votos que recibió hace dos años era para que los cuidara, los preservara, se mantuviera activo, pero se perdió durante dos años cuando Bingen ya le lleva camino recorrido; bien dicen, Santo que no es visto…
Además, el mero hecho de ponerlo entre los aspirantes a la alcaldía después de que su última competición fue por la Gubernatura, pareciera que la pretensión es aplicar el viejo dicho: “¡Pónganme donde hay!”
No se puede negar que Chiquiyunes es una buena carta: dos veces alcalde de Boca del Río y la última vez dejó excelentes resultados… sí, de Boca del Río y puede ser candidato por el Puerto sin ningún problema ¡y hasta candidato a Gobernador del Estero!
Quizás el único “pero” que se le pudiera poner es la rendija que expone parte de lo que fue la contracampaña de sus adversarios en la contienda del 2018: el sentido “monárquico” a este cargo de elección, aderezado con un nuevo ingrediente: No pudo en la Gubernatura, ahora quiere ir por el Puerto.
Tranquilos, no lo digo yo y tampoco tengo algo contra Chiquiyunes, pero es seguro que así como son de habilidosos en sus escenarios para subir a la contienda por la alcaldía porteña a otro Yunes, igual deben estar contemplando esto: que la alcaldía del Puerto sea vista como un coto de poder con el fierro de los Yunes, igual que ocurre en otros escenarios municipales como Tantoyuca con Chapito, como en la región de los Tuxtlas con los Herviz y los Copete; y si quieren, hasta Orizaba, aunque allí es claro que el poder tuvo un fin muy claro… la ciudad y su desarrollo, sin predominio de apellidos.
Al final, sea Chiquiyunes o Bingen, lo cierto es que de un modo u otro (como en muchos de nuestros municipios) los porteños, al menos con este partido, el PAN, han de tener que aceptar que de un modo u otro, estarán sujetos a los intereses de una familia, ya sea Yunes o Rementería, primero en una campaña, y luego, en el Ayuntamiento, una vez que demuestren con votos que por eso peleaban la candidatura… pero, tranquilos Bingencistas y Yunistas, no hagan tanto caso a quien basa un argumento en Bob Esponja y Patricio.