Xalapa, Ver.- A través de un comunicado autoridades de la Iglesia Católica emitieron recomendaciones a la población para prevenir la transmisión del Covid-19, al tiempo que cuestionaron la forma en que las autoridades han atendido el tema.
A continuación el pronunciamiento:
El pasado 11 de marzo de 2020, el director de la Organización Mundial de la Salud declaró la enfermedad del coronavirus (COVID-19) como una pandemia. Se trata de un “problema global de salud donde todos los países van a tener que poner mucho de su parte para combatirlo”, señaló. “Estamos muy preocupados por los alarmantes niveles de propagación y gravedad, y por los alarmantes niveles de inacción”, dijo al comienzo de su discurso. “Todos los países deben tomar medidas urgentes y agresivas” para controlarlo.
Por su parte los obispos de México, tras verificarse los primeros casos de importación del virus a nuestro país, en el comunicado del 28 de febrero hicieron un llamado al pueblo que peregrina en México para tomar las medidas preventivas necesarias para evitar el contagio.
La presidencia del episcopado mexicano sugirió como medida preventiva, en el caso de CONTINGENCIA SANITARIA, la suspensión de los saludos con contacto físico. Con respecto a la Sagrada Comunión, los prelados indicaron también que durante la EVENTUAL EMERGENCIA, sea distribuida en la mano y no en la boca, según las normas de la Iglesia.
Dado el padecimiento que en muchos países ya se está sufriendo, los prelados mexicanos pidieron a todos dar la seriedad que esta realidad merece, estando atentos para prevenir, y de darse el caso, enfrentar esta enfermedad, siguiendo las medidas recomendadas por la Dirección General de Promoción de la Salud, a saber:
- “Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o utilizar gel con base de alcohol al 70%
- Al toser o estornudar, utilizar el estornudo de etiqueta, que consiste en cubrirse la nariz y boca con un pañuelo desechable o con el ángulo interno del brazo.
- No tocarse la cara, la nariz, la boca y los ojos con las manos sucias.
- Limpiar y desinfectar superficies y objetos de uso común en casas, oficinas, sitios cerrados, transporte centros de reunión, etc.
- Quedarse en casa cuando se tienen padecimientos respiratorios y acudir al médico si se presenta alguno de los síntomas (fiebre mayor a 38oC, dolor de cabeza, dolor de garganta, escurrimiento nasal, etc) es muy importante no automedicarse”.
Por su parte, la Arquidiócesis de Xalapa había programado la Peregrinación a la Basílica de Guadalupe a la ciudad de México el día 28 de abril de 2020, pero debido al riesgo sanitario del coronavirus que se ha ido incrementado en nuestro país en los últimos días, las autoridades de la Arquidiócesis cancelaron la peregrinación para no poner en riesgo a los fieles que asisten. Invitamos a las personas que habían reservado sus boletos para ese viaje, a dirigirse con los organizadores para que hagan un acuerdo sobre sus reembolsos.
Por otra parte, lamentamos la poca seriedad y la irresponsabilidad con la que algunas autoridades han tratado esta pandemia en nuestro país. Las medidas urgentes y agresivas que recomendó el director de la OMS no se han visto. Por ejemplo, es una falta muy delicada no aplicar protocolos de prevención a quienes estuvieron llegando a nuestro país procedentes del extranjero. Muchas personas pasaron las aduanas sin observar ningún filtro de sanidad, no se puede exponer de esa manera la salud de los mexicanos. Más grave aún con el sistema de salud tan precario que tenemos. Si algunos países de primer mundo están ahora enfrentando graves crisis por la abundante cantidad de contagiados, ¿qué podemos esperar del nuestro?
El estado mexicano no puede esperarse a estar en una situación crítica para actuar, no se puede exponer así a la población, mucho menos por razones de tipo político o económicas. Hemos visto las reacciones de otros países para blindar sus fronteras, prever escenarios adversos, incluso invertir en investigación para proteger a sus países. En el nuestro se muestra indiferencia, arrogancia, falta de seriedad y compromiso. Eso es una grave irresponsabilidad. Ojalá no tengamos que lamentar las negligencias institucionales.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes