OPINIÓN

Corrupción a lo bestia

Revelaciones

Margarito Escudero Luis

Muchas veces hemos argumentado que la Historia de México se partió en octubre de 1968, pasando la mitad del Siglo XX.
Aquel año marcó el declive de un sistema que nació luego de la guerra revolucionaria y se convirtió después en un régimen autoritario, vertical y corrupto.

La década de los 70’s estuvo marcada por la sangre de los jóvenes caídos el Dos de Octubre de 1968, por la desesperación del entonces presidente Luis Echeverría Álvarez y la necesidad de asegurar la continuidad del régimen.

Los 60’s tuvieron el sello de la explosión del color, la estridencia del Rock, los hippies, la guerra fría y el fantasma del comunismo.
Con Echeverría se disminuyó la calidad de la educación en Mexico, trataron de evitar que los jóvenes pensaran, analizaran, cuestionaran el quehacer del gobierno, procuraron una juventud dócil, manipulable para que la élite del poder pudiera hacer lo que quisiera sin estorbos.

Así se hizo lento el proceso de cambio y en ese río revuelto, la ultraderecha internacional puso sus belfos en nuestro país.
Jose López Portillo es, quizá, el último presidente emanado de aquel régimen, su dedo elector dio “un virón a la derecha para salir del bache económico” dejando como sucesor a Miguel de la Madrid Hurtado, que fue la punta de lanza para la entrada del neoliberalismo en México.

De la Madrid Inventó la Secretaría de Programación y Presupuesto, donde colocó a los tecnócratas, los pitufos y a quien seis años después echaría a andar el desmantelamiento del estado mexicano, privatizando las instituciones estratégicas de la Nación, haciendo nuevos multimillonarios, acabando con el prestigio de México en el ámbito internacional.

Carlos Salinas de Gortari impuso el neoliberalismo llamándolo liberalismo social, que finalmente es una de las formas más salvajes del capitalismo, doctrina en la que todo lo que existe, absolutamente todo, es considerado mercancía.

Esa política mercantilista y al mejor postor trajo a las grandes trasnacionales a apoderarse de la riqueza nacional, minas, ríos, costas, petróleo, etc.

Salinas de Gortari fue el principal promotor del empobrecimiento de las familias mexicanas, el que permitió la entrada de los carteles de la droga, y el que enseñó a toda una generación de jóvenes que ser millonario es la meta sin importar cómo se logre, la corrupción alcanzó el estatus legal.

Eliminado del escenario político Luis Donaldo Colosio, otro lacayo de los gringos llegó a la presidencia, Ernesto Zedillo Ponce de León, egresado de Yale, se puso al servicio de los millonarios, les rescató de su deuda y está la endosaron al pueblo de México bajo el nombre de Fobaproa. Zedillo inició la era de privatizar la riqueza y socializar la deuda. Corrupción al más alto nivel, mientras a los indígenas se les perseguía, a los trabajadores se les ninguneaba, a los estudiantes se les limitaba, se cerraban puertas a los jóvenes y a los banqueros se les apapachaba.

Acabado el sistema revolucionario, tuvieron que fingir democracia y trajeron al macho más mandilón de la historia. Vicente Fox Quesada sacó de Los Pinos al PRI por la puerta de atrás y luego lo metió por la de enfrente.
Actuó como si fuera gerente y no presidente, adorador de los gringos, presumió su amistad con George Bush hijo y mantuvo su política de ultra derecha, besándole la mano a un dignatario extranjero como lo fue el Papa Juan Pablo II.

La decepción aumentó cuando se supo que compraba toallas de 4 mil pesos con cargo al erario, que la que mandaba era Martha Sahagún, su esposa y que lo hijos de ella practicaron el tráfico de influencias a lo grande. Corrupción a lo bestia.

Fox entregó el gobierno a su compinche panista Felipe Calderón Hinojosa, quien llegó en medio de un escandaloso fraude electoral, sin el apoyo popular y, para legitimarse en el poder, bañó de sangre al país, acabó con la empresa estatal Luz y Fuerza del Centro, criminalizó a jóvenes inocentes y con el cuento de construir una refinería, solo se hizo una barda de 600 millones de pesos.

Felipe Calderón abrió las puertas a empresas españolas de las que terminó siendo empleado.

La corrupción al estilo panista no es muy diferente de la priista, sin diferencias, entregó el poder a Enrique Peña Nieto, el regreso del PRI suponía la vuelta a los principios revolucionarios, pero solo fue una finta, pues la corrupción alcanzó su más alto nivel y casi logra desmantelar totalmente a Petróleos Mexicanos, empresa del estado que durante décadas fue la columna vertebral de la economía mexicana.

33 años de entreguismo, de rapiña, de devaluaciones, de robo descarado al pueblo de México.

33 años de impunidad que la ley nacional no alcanza, pero el pueblo no perdonará tal afrenta y se prepara para llevar a juicio a esa pandilla que sometió la soberanía nacional al capricho de las empresas y gobiernos extranjeros.

La consulta del 1 de agosto es la prueba de fuego donde quedará demostrada la voluntad de un pueblo ofendido y empobrecido.

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