Juan Arcos
Xalapa, Ver.- El adulto mayor Gulmaro Acosta denunció que la Fiscalía General del Estado de Veracruz (FGE) no ha dado seguimiento a la denuncia que presentó después de haber sido golpeado por su sobrino, quien lo tiene amenazado y prácticamente “secuestrado” en su domicilio.
El señor, de 59 años, recibió una golpiza por parte de Frederick “N”, de 32 años, el pasado 8 de junio, situación que documentó su esposa, grabando un video con su teléfono celular.
En las imágenes que circularon en diversos medios de comunicación, se observa cuando el sujeto lo toma de los brazos y lo arroja con fuerza al piso. Gulmaro se levanta, pero recibe bofetadas, es derribado de nueva cuenta y sometido.
Esto ocurre en su domicilio sobre Calzada Luz del Barrio número 45, en la zona oeste de Xalapa, la capital de Veracruz, donde Gulmaro comparte un terreno con sus hermanas; sin embargo, el joven llegó recientemente para vivir con su madre.
El señor teme por su vida y la de su esposa, quien padece discapacidad motriz y auditiva, toda vez que persisten las agresiones por parte de su sobrino.
Don Gulmaro presentó la denuncia en la Fiscalía General del Estado, el 8 de junio, pero hasta el momento Frederick no ha sido detenido ni procesado por las lesiones que le ha ocasionado ni por las amenazas de muerte.
Al sitio han acudido elementos de la Policía Estatal y de la Policía Ministerial, para dialogar con el agraviado y con el agresor, quien permanece en libertad, atentando contra la tranquilidad de toda la familia.
“Él habló con los policías (agresor) y se fueron. En la fiscalía me dijeron que tengo que estar dando vueltas porque se lleva mucho tiempo. Entonces, hasta que me mate ya van a venir, voy a esperar a que me maten para que vengan”, recordó.
Gulmaro Acosta mencionó que su sobrino fue detenido en el municipio de Tonayán hace un tiempo y estuvo preso en el penal de Pacho Viejo, municipio de Coatepec, por el delito de pederastia.
El sujeto no deja que el adulto mayor salga de casa ni para trabajar. Tampoco le permite tomar agua del pozo, mismo que fue construido por el señor desde hace muchos años.
“Le tengo miedo porque ya estuvo en Pacho por pederastia agravada. Desde el día que le aventó, me duele la cabeza, la espalda y se me olvidan las cosas, algo me ha de haber quedado del golpe (alguna secuela)”, culminó el campesino.