Los Politicos
Salvador Muñoz
Con afecto, a Citlali Medellín, alcaldesa de Tamiahua
La señora se metió a la fila justo entre la Sana Distancia de una persona con otra. El señor que estaba delante de mí, le dijo que tenía que formarse señalándole con el pulgar a la altura del hombro, y cuando me vio, le pedí que lo hiciera atrás de mí. Campante, la señora se acomodó y percibí que el cesto de sus frutos y verduras pegaba en mi espalda… la señora no guardaba Sana Distancia, así que amablemente le pedí que tomara como referencia las marcas amarillas en el piso para que tomara su lugar; bajó la vista y fue que las percibió y se acomodó. Así, la fila empezó a avanzar hacia el área de pesaje. Como ocurre en ese negocio, la señora detrás de mí, dejó su cesto “haciendo fila” y cada vez que se avanzaba, ahora sí, le jalaba sus cositas para preservar su lugar… en una de ésas, sentí un ligero golpe a la altura del tendón… era otra señora que empujaba el cesto e invadía la Sana Distancia. Le expliqué el espacio que debía haber entre ella, el cesto y yo; molesta, que regresa el cesto en su lugar y que se retira a otra fila… estoy seguro que si actuaba del mismo modo, le iban a pedir también lo mismo: que guarde su sana distancia…
La Mujer baja a comprar pollo después de que le pedí que me diera las indicaciones precisas para que yo lo hiciera: “Me pides un pollo… rostizado, en adobo, con la salsa aparte; con arroz, sin arroz…”; creo que por eso ella decidió bajar a comprarlo. Me extraña que quienes despachan no usen cubrebocas… pero eso no les impide observar los que la Mujer y yo traemos.
El viernes, estuvieron atascadas las pescaderías de La Rotonda… ¡vamos! ni espacio había para aparcar el carro. En un rápido conteo, calculamos que de 20 personas en la calle, sólo cuatro traían cubrebocas… sin contarnos.
¿A qué voy con esto?
Me queda claro que hay personas que no están tomando en serio nada: ni cuarentena, ni sana distancia, ni cubrirse la boca, ni lavarse las manos, ni cuidarse, ni protegerse… ¡nada!
Tengo dos dudas:
1) ¿Hay desidia por parte de nuestras autoridades municipales y de salud para salir a supervisar los espacios donde hay venta de alimentos?
2) ¿O no hay el personal suficiente para hacerlo?
Si hubiera que excusar a las autoridades municipales, entonces, cedamos la responsabilidad a las tiendas…
Me consta que a donde vamos a comprar frutas y verduras, por parte de los empleados de ese lugar, las ganas no paran por mantener la sana distancia y proporcionar gel antibacterial a sus clientes.
Entonces… ¿dónde está la falla? ¡Exacto! ¡En el ciudadano! En estos momentos, hemos sido bombardeados por distintos medios, de las condiciones de la pandemia pero también, de las prevenciones contra ésta. ¡Vamos! No hay excusa para acusar ignorancia del tema y sí elementos suficientes para declararnos negligentes.
Hay quienes critican el papel de sus gobiernos ante esta pandemia… ya sea a nivel federal (las críticas, muy ganadas a pulso) como estatal y municipal… En lo particular, concedo la razón a todos los críticos pero también merecen reconocimiento aquellas autoridades que valiéndoles madre que las criticaran de locas, paranoicas, aceleradas, arbitrarias, intolerantes, antepusieron el bien común (o sea, su pueblo, sus ciudadanos), a esperar “indicaciones”, fueran de López Gatell o del mismo Presidente…
Ejemplos de ello, Tamiahua, Tuxpan, Zongolica, Córdoba, Coatzacoalcos, Orizaba y Veracruz, quienes han realizado acciones que van incluso muy por encima de las emprendidas por Gobierno del Estado y hasta Federal…
Insisto: Pueden parecer excesivas, pueden no gustar, pero al final de este evento singular de tinte mundialista, es que se podrá sopesar qué tanto valió su esfuerzo…
Mi cuñada, la doctora, nos manda una foto… ¿han visto alguna película de virus, contagio, ¡vamos! sobre epidemias? Así se ve la cuñada, como salida de un filme de ésos. La Mujer y yo no llegamos aún a eso… salimos con un Cubrebocas… y si bien, el (sub)Secretario de Salud no ha dado indicaciones de que se tenga que usarlo en la vía pública, simplemente aplicamos la misma lógica que los municipios arriba citados: Más vale pedir perdón, que pedir permiso… la prevención no está de más.