Columna de Opinión
MAP. Ricardo Meza Domínguez
México.- Los robots, comúnmente asociados con asistentes amigables o juguetes ingeniosos, han comenzado a desempeñar roles más oscuros en nuestra sociedad. En estos últimos años se ha demostrado cómo la inteligencia artificial ha cambiado el mundo desde la aparición del ChatGPT, y cómo su uso se ha infiltrado en los ejércitos de los distintos países.
Una visión reveladora de la realidad del uso de la IA en el campo de batalla, es la que John MacBride, LCol (Retd) ha escrito una carta abierta, con el objetivo de reunir pruebas de apoyo a la prohibición del desarrollo, uso y despliegue de armas autónomas por parte de veteranos y miembros de las fuerzas armadas.
Si le preocupa la inminente tercera revolución en la guerra y lo que esto significará para la cadena de mando, el orden, la responsabilidad y la seguridad de los miembros de las fuerzas armadas y civiles de todo el mundo, sume su voz a nuestro llamado, informo. Su apoyo es invaluable y con su ayuda podemos lograr una respuesta legal a los problemas que plantean las armas autónomas.
Las armas totalmente autónomas son sistemas de armas que pueden identificar y disparar a objetivos sin que un humano los controle. No son drones armados que tengan control humano, sino máquinas que decidirían si matar o no sin la intervención humana. Esa decisión de matar no sería el resultado de las habilidades, el conocimiento, la inteligencia, la capacitación, la experiencia, la humanidad, la moralidad, el conocimiento de la situación y la comprensión de las leyes de la guerra y el derecho internacional humanitario que hombres y mujeres en uniforme usan para tomar tales decisiones. En batalla. Una máquina determinaría si el objetivo era un combatiente basándose únicamente en la programación probablemente desarrollada en un laboratorio estéril años antes de que se tomara la decisión de matar. Abrogar decisiones de vida o muerte a una máquina es moral, ética y legalmente defectuoso.
Esto es lo que una empresa dedicada a la cinematografía a logrado realizar y transmitir a través de una de sus películas donde comienza diciendo, en lo profundo del corazón del complejo militar-industrial, se está desarrollando un nuevo tipo de soldado. Los robots impulsados por IA están cambiando el rostro de la guerra y cada vez más toman sus propias decisiones en el campo de batalla.
Ningún país ha desplegado armas totalmente autónomas todavía, pero están en desarrollo en varios países. Ahora es el momento de detener su desarrollo y despliegue definitivo. Algunos argumentan que estas armas son necesarias e inevitables. Entre ellos, el argumento de que mejorarían la capacidad de supervivencia de los militares y las mujeres en servicio y ese podría ser el caso si el enemigo no tuviera armas similares, pero si un lado las tiene, el otro también. Se nos dice que las máquinas no tienen debilidades humanas, no se cansan, no se enojan, no se ven afectadas por el clima o la oscuridad en la medida en que las personas sí, no conocen el miedo y eso hace que estas máquinas sean superiores a un soldado. Las máquinas no tienen estas debilidades, ni son responsables ni deben rendir cuentas por sus decisiones; podrían y atacarían con impunidad. Creemos que las características de estas armas deben prohibirse de acuerdo con el Derecho Internacional Humanitario vigente.
Imagina un mundo en el que la guerra sea llevada a cabo por robots. Para muchos puede ser algo fascinante o aterrador según el punto de vista por donde se vea, pero lo combatientes pueden no estar de acuerdo a enfrentarse en una guerra desigual, pues habrá países muy avanzados con nuevas tecnologías y con robots asesinos movidos por la IA, como lo plantea un documental que sacude a los espectadores de la plataforma de streaming más popular, Lo desconocido: los robots asesinos, esta cuestión se examina en profundidad, dejándonos con una sensación de admiración y horror.