OPINIÓN

La Inteligencia Artificial y impacto medioambiental que genera

Columna de Opinión

MAP. Ricardo Meza Domínguez

México.- Los problemas medioambientales detrás del entrenamiento de la inteligencia artificial, a medida que la inteligencia artificial avanza aceleradamente mediante el auge de los modelos de lenguaje, aumenta la preocupación de los ecologistas, quienes temen que los avances de la IA estén retrasando los logros conseguidos desde distintos frentes para frenar el calentamiento global y mitigar el impacto del cambio climático. Esto se debe principalmente a la dependencia que estos sistemas tienen en los datos, lo que produce un grave efecto en la huella de carbono al generar emisiones de gases de efecto invernadero.

Recientemente diversos científicos, preocupados por las posibles afectaciones medioambientales de la IA, han realizado estudios para conocer la huella ecológica generada por esta tecnología. Una nueva investigación conjunta realizada por las Universidades de Colorado Riverside y UT Arlington, descubrió que tan solo para entrenar a GPT-3 se requirieron alrededor de 700 mil litros de agua. Además, los investigadores encontraron que la interacción típica de un usuario promedio con ChatGPT consume una botella de agua potable de medio litro.

Además del agua, los modelos de lenguaje avanzado también requieren una cantidad masiva de electricidad para su funcionamiento. Se podría decir que la energía necesaria para entrenar GPT-3 podría sencillamente alimentar el hogar de un ciudadano estadounidense promedio por cientos de años y consume la misma cantidad de electricidad requerida para sustentar anualmente a casi 50 mil hogares.

Lo que mucha que no sabe es que el entrenamiento y funcionamiento de GPT-3 ha provocado un impacto ambiental difícil de reparar con repercusiones en la capa de ozono y como resultado en el cambio climático, entonces ¿qué se puede hacer para seguir aprovechando esta tecnología sin dañar al medioambiente?

Con la llegada de los modelos avanzados de lenguaje se está marcando el inicio de una nueva era guiada por la inteligencia artificial. Todo el mundo habla del impresionante potencial de la inteligencia artificial generativa para cambiar el mundo como lo conocemos actualmente, lo que pocas personas saben, es que ésta consume una altísima cantidad tanto de energía como de agua, al mismo tiempo que generan grandes emisiones de carbono durante su entrenamiento y funcionamiento. La gran capacidad de la IA no está en duda, pero ¿hasta qué punto es sostenible tomando en cuenta su alto costo medioambiental?

Por si fuera poco, el alto consumo de energía y agua de los modelos inteligentes se traducen en la generación de una enorme cantidad de gases invernadero sumamente dañinos para el medio ambiente. Un artículo del centro de IA de Stanford, publicado el mes pasado, estima que el GPT-3 liberó 502 toneladas métricas de carbono durante su entrenamiento.

Por otra parte, aunque no se han revelado datos concretos acerca del consumo de recursos que requirió el entrenamiento del más reciente modelo avanzado de lenguaje de OpenAI, GPT-4, una investigación estima que el uso de energía y agua podría haberse triplicado con respecto al modelo anterior, debido a que dependen de una gama más amplia de factores de datos para tener mayor capacidad y potencia.

Desafortunadamente a medida que la IA avanza, los investigadores anticipan que la cantidad de recursos necesarios para su funcionamiento seguirá aumentando, lo que a la larga podría traer consecuencias fatales al medio ambiente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: