OPINIÓN

DANIEL BREMBOOLT: EL ARTE COMO PARACETAMOL

Opinión

Sergio Armin Vásquez Muñoz

Daniel Bremboolt García es un artista plástico nacido en la Ciudad de México en 1977. Su infancia y parte de su juventud las vivió en Córdoba, Veracruz. Posteriormente, después de atender temas laborales en Canadá y algunos otros lugares, fijó su lugar de residencia en Xalapa, que es en donde actualmente vive.

Estudió grabado en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, pero de manera autodidacta se especializó en acuarela, técnica en la que básicamente ha desarrollado la mayor parte de su trabajo como pintor, ya que para él es un recurso que le ha permitido contar historias visuales y también le ha servido como medio de expresión de sus propias emociones.

Y estas caras de la moneda creativa de Daniel, las podemos apreciar en la exposición que a partir de hoy presenta Xanadú Art, galería ubicada en la ciudad de Coatepec.

Por una parte, la muestra ofrece algunos cuadros iniciales, en los que el artista se dedicó a perfeccionar su técnica, donde se aprecian rostros, paisajes cordobeses o xalapeños y también algunas propuestas que invitan a la reflexión social.

Por otro lado, se exhiben acuarelas en las que las imágenes dejan en evidencia los golpes emocionales sufridos por el autor, a raíz de la desagradable experiencia vivida por el secuestro del que fue víctima y los episodios violentos que implicó esta situación.

Tanto en uno como en otro caso, cada obra es un recuerdo enmarcado y colgado, que en conjunto nos permiten dar un paseo alrededor del carrusel de sus tatuajes mentales, desde los más inofensivos hasta los más dolorosos, a los que Daniel decidió darles forma y color, para sacarlos de su memoria y ponerlos enfrente de sí mismo.

Así, podemos observar una colorida columna de globos, esperando pacientemente afuera del atrio de una iglesia, pero también podemos apreciar un feto envejecido, con barba, canas, arrugas, a la espera de que unas moscas depositen sus larvas en alguna parte de su cuerpo. Podemos ver un beso neosurrealista entre dos bocas y dos ojos, y también un cerdo convertido en rompecabezas escatológico.

Si bien es cierto, a lo largo de la historia el arte ha servido como introspección y catarsis sanadora, a veces para el artista, a veces para el espectador, hay dolores emocionales en los que cualquier medicina simplemente sirve como paracetamol, es decir, un paliativo temporal, porque al abrir los ojos te das cuenta de que la herida sigue ahí, vigente, expuesta; entonces, toca quitar la venda, agarrar la fortaleza suficiente y aprender a vivir con el sufrimiento, sin la ayuda de las muletas de la autocompasión. Es el caso del artista que nos ocupa. Aprendió a caminar de nuevo, a dormir con el peso de sus recuerdos, a comer hojas amargas y poco a poco salir a la orilla de su realidad.

Por cierto, esta exposición es parte de esa metamorfosis. Bienvenido a este lado del cuadro.
Y para quien quiera conocer y apreciar esta propuesta plástica, la exposición “Ergon Ethos Locus”, de Daniel Bremboolt, estará abierta al público hasta el viernes 4 de octubre, al interior de la sala de exposiciones de la Galería Xanadú Art, en el número 48 de la tercera calle de Zamora, en Coatepec.

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