OPINIÓN

Ninguna vacuna es suficiente

Columna de Opinión

Juan Manuel Sánchez Macías 

Hoy, prácticamente todos los países del mundo esperan con ansia sinigual la vacuna contra el sars-cov-2 o coronavirus. Ojalá la vacuna llegue cuanto antes a todos los países del mundo. Esa ha sido la historia de todas las vacunas existentes, hasta ahora; un período largo en algunos casos, más largo, en otros, pero llegaron, en su momento, las vacunas contra el sarampión, contra la poliomielitis, contra la viruela, etc, 

Pero… qué curioso, no existe vacuna contra la maldad, la violencia y el rencor individual o social, que anida en lo más profundo del ser humano. Desafortunadamente, algunos recibirán la vacuna y salvarán la vida, para que, en la comisión de algún delito o por accidente, se la arranquen a otros seres humanos; otros, se habrán pasado en cuarentena absoluta todo este tiempo, para que cuando les pongan la vacuna, la vida les sea arrancada por un delincuente o por un accidente, así de paradójica es la vida…

Por eso, ninguna vacuna es, ni ha sido, suficiente para salvar todas las vidas de los seres humanos, perdidas a manos de otros, ya sea por guerras, delincuencia, violencia doméstica, celotipia, etc.

Se han recrudecido la violencia doméstica y la violencia de género, demostrándonos esta pandemia, que no estábamos acostumbrados a convivir con la familia o la pareja, más tiempo que el “estrictamente necesario” para el cumplimiento de nuestros roles en la sociedad machista que vivimos; en la mayoría de los casos, la pareja, él o ella que sale a trabajar y llega sólo a comer o a cenar y convivir “un rato” con la familia. Al margen de la clase social o poderío económico en el que se ubique cada familia; sin negar que se recrudeció más en los millones de obreros, asalariados o campesinos que, en muchos casos perdieron empleo y en otros tantos, la vida, al salir a buscar el sustento familiar diario. 

En efecto, el encierro o aislamiento generó estrés, ansiedad, alteraciones emocionales que, en muchos casos, no se supieron canalizar y generaron ira y violencia, verbal o física, dentro de la propia familia, ¿Qué vacuna hay contra eso?

Qué vacuna se le puede dar al ser humano, para que, pasada esta pandemia, entienda que se está consumiendo a sí mismo… Ninguna. Después de la gran pandemia de la peste negra, que acabó con las dos terceras partes de la población europea, durante la Edad Media (allí se acuñó la palabra cuarentena), la gente se siguió matando a través de guerras, monarquías absolutistas, miles de muertes “en nombre de Dios” con la Santa Inquisición; en pleno siglo XX la penicilina salvó millones de vidas, pero parece que no tantas como las que se perdieron, a manos del propio ser humano, en dos guerras mundiales, guerras religiosas en Oriente medio y los regímenes dictatoriales. 

Cuánta razón tenías Thomas Hobbes; Homo homini lupus (El hombre es el lobo del hombre).

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