Números Rojos
Brenda Caballero
¿Cómo puede hacerle eso una mujer a otra mujer? Fue una constante escuchada al conocer el caso de Rosa Isela, la joven madre que desapareció en Veracruz después de que a través de redes sociales le ofrecieran ropa para su bebé.
La indignación y el malestar en la población tomó mayor fuerza cuando Rosa Isela apareció muerta y con evidencia de haberle extraído a su bebé.
El feminicidio se viralizó rápidamente y una pareja fue detenida cuando acudió al hospital con una bebé luego de que no pudieron justificar su procedencia.
¿Cómo puede hacerle eso una mujer a otra mujer?
Yesenia tenía 13 años cuando fue ultimada a golpes. La última vez que la vieron fue cuando acudió a la tienda a comprar frituras. Según las investigaciones, la presunta asesina es su madrastra, pues la niña había descubierto su infidelidad.
¿Cómo puede hacerle eso una mujer a otra mujer?
Entre la sociedad, los asesinatos de Rosa y Yesenia pueden verse como crueldad, como locura, desesperación, o cualquier adjetivo que se le ocurra, sin embargo estos feminicidios deben considerarse como un signo alarmante de la creciente violencia de género contra las mujeres en nuestro estado.
De acuerdo a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Veracruz ocupa el tercer lugar nacional con 60 feminicidios; sin embargo, el Observatorio de Violencias contra las Mujeres de la Universidad Veracruzana reporta 77 casos, es decir 17 más.
¿Cómo puede hacerle eso una mujer a otra mujer? Retumba una y otra vez en mi cabeza.
Tal vez porque el mensaje que mandan los tres poderes del estado a la población veracruzana no ha sido el correcto, el indicado, el efectivo para disminuir la violencia contra las mujeres.
Incluso mujeres diputadas, alcaldesas, síndicas están mandando mensajes erróneos y equivocados a sus representados y a sus gobernados.
Para muestra, el desplegado que circularon defendiendo a un hombre. ¿Usted cree que el Secretario de Gobierno del Estado de Veracruz necesite que lo defiendan mujeres?
Es lamentable que 6 diputadas federales, 13 diputadas locales, 30 alcaldesas y 34 síndicas hagan un llamado a las veracruzanas y veracruzanos escudándose en la lucha de las mujeres por nuestros derechos, y hasta citando a Lucrecia Toriz, obrera y luchadora social orizabeña, que estoy segura ni por error asumiría una actitud patriarcal como las firmantes en defensa ni nada más ni nada menos que del Secretario de Gobierno ante sus declaraciones en la pasada comparecencia contra la diputada Ruth Callejas Roldán.
Recordando la incertidumbre de la sociedad, me vuelve la pregunta: ¿Cómo puede hacerle eso una mujer a otra mujer?
Contrario al una contra una, en este desplegado (por cierto, sin fecha) son 83 contra una.
Lo que pudiéramos resumir como un “le echaron el montón patriarcal”.
Todas y cada una de las firmantes hizo cosa juzgada de la violencia política acaecida a la diputada Ruth, llamándolo “ejercicio de memoria” ¡Vaya que nos gusta llamar a las cosas por otro nombre!
¿Así o más claro el mensaje a las y los veracruzanos? ¿Ahora entiende el porqué Veracruz ocupa el tercer lugar en feminicidios y el primer lugar en violencia política de género?
Lo terriblemente lamentable es que hayan defendido a un hombre que representa el segundo poder en el estado de Veracruz, y ni por error, alguna vez se hayan puesto del lado de todas aquellas mujeres que han sido violentadas en las dependencias de gobierno, o hayan salido a escuchar a las mujeres de Sedema que se manifestaron con pancartas afuera del Palacio de Encanto. O de aquellas que han sido violentadas en sus municipios, golpeadas y hasta asesinadas, Eso sí sería solidaridad y sororidad.
¿Cómo pueden hacerle eso muchas mujeres a otra mujer?
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