ENTREVISTAS

Héctor Leonel Reyes Mora, poeta con pastel en la mano

Sergio Armin Vásquez Muñoz

Xalapa, Ver.- Originario de Xalapa, Veracruz, Héctor Leonel Reyes Mora nace en el año de 1967. Realizó estudios de psicología en la Universidad Veracruzana. Ha sido coordinador de talleres de creación literaria, así como también productor y locutor en Radio Universidad Veracruzana. Actualmente ejerce actividades de promoción y gestión cultural. Es librero independiente y propietario de la librería “Libros de Úrsula”. Como poeta, su trabajo ha sido publicado en diferentes revistas, suplementos literarios, antologías de literatura veracruzana y páginas electrónicas. Tiene dos libros en su haber: “Payaso con pastel en la mano” (Universidad Autónoma Chapingo, 2000), y uno más, inédito, próximo a publicarse bajo el sello Sauvage Atelier, editorial con sede en León, Guanajuato, cuyo nombre está bajo reserva, hasta su aparición.

Nuestra primera coincidencia personal fue en el año 1990. Fuimos parte de un taller literario, cuyos intereses y actividades derivaron en la publicación, en 1991, de la revista “Anónimos Suburbios”. Ese proyecto editorial nos llevó a Leonel y a mí, junto con otros compañeros, a buscar recursos financieros, para poder hacer los tirajes de la mencionada publicación y también estar en condiciones de asistir a foros de promoción cultural y literaria, en diversas partes del país.

El segundo momento de acercamiento se dio cuando yo era editor del suplemento literario “La Última Letra”, que semanalmente se publicaba en el periódico “Gráfico de Xalapa”, en los primeros años de la década de los noventa, y en el que los textos de Héctor Leonel tuvieron siempre hospedaje. Llegó a ser el colaborador más asiduo, con aportaciones poéticas, ensayos, reseñas literarias y también con reflexiones en torno a las actividades de los grupos xalapeños de rock de esa época.

A la distancia de estos varios años, me siento afortunado de seguir contando con su amistad. Siempre he admirado y respetado su trabajo como poeta, como gestor cultural y como librero, razones por las cuales quise tener este acercamiento en forma de entrevista, para poner por escrito un poco de sus ideas y sus quehaceres personales.

LEONEL, ¿DE QUÉ FORMA HAS EJERCIDO LA PSICOLOGÍA?

Concretamente he sido facilitador de procesos educativos en comunidades estudiantiles, sobre todo. También he trabajado con diversas organizaciones de la sociedad civil, en Xalapa y la región, con mucho sentido, pertinencia y un aterrizaje muy grato, muy claro de teoría y práctica. Me considero un psicólogo social, con una visión crítica, propositiva, con un perfil de persona que busca dialogar con las juventudes, para trabajar sobre diversos aspectos de la salud mental comunitaria. He trabajado como facilitador ciudadano, con metodologías participativas, estructurando procesos de aprendizaje grupales, nunca como un docente o maestro, sino como un facilitador de momentos de diálogo con jóvenes, mujeres y hombres, en varios temas.

Como gestor y promotor cultural, tengo también incidencia como psicólogo social, porque estructuro experiencias de disfrute cultural, de manifestación literaria, artística, aplicando también mis herramientas de gestión y de organización, en este caso dentro el campo cultural.

Es decir, son dos grandes áreas o dos áreas muy visibles: la educación socioemocional, con jóvenes, principalmente, y también la animación cultural con comunidades más abiertas, como las ferias de libros, en mi papel de gestor cultural, promotor de artistas, poetas, editores, en foros de manifestación artística. Y estos dos grandes campos no riñen, se complementan mucho. En concreto, mi desarrollo profesional como psicólogo se ha dado en dos vertientes: con mi participación como gestor y promotor en ferias de libros, y, por otra parte, con mi trabajo con organizaciones de la sociedad civil de Xalapa, incidiendo en comunidades en diferentes dimensiones: sexualidad, juegos por la paz y la no violencia, primeros auxilios psicológicos, etcétera; también dando capacitación a directivos, para que se sensibilicen frente a las y los jóvenes respecto a orientar sobre las varias opciones de vida, tanto dentro como fuera del aula.

¿CUÁL CONSIDERAS QUE HA SIDO TU MAYOR LOGRO EN EL TEMA DE LA PSICOLOGÍA?

Aunque he ejercido la psicoterapia individual, ante todo considero que la psicología social con base en la visibilización del sentir y del hacer, sobre todo en el sentido literario, está ahí, camina. Y también como integrante de equipos o grupos de trabajo, precisamente mi reto es hacer realidad su articulación comunitaria, ahora más que nada dentro del referente de la promoción cultural, al organizar eventos que tengan que ver con las manifestaciones libres del arte y la cultura. Eso es hacer psicología social, porque construye comunidad, hace referentes de cultura ciudadana. Está enmarcado desde mi perspectiva bajo un criterio de autogestión, de compartir emociones, de vernos como sujetos y sujetas del hacer común para tener un tejido social pacífico, compartido, es decir, enmarcado dentro de la convivencia familiar. Eso es lo mejor para mí, hasta ahorita. Las grupalidades instituyen un hacer cultural en diferentes espacios de la ciudad y vale la pena trabajar en ello.

EN EL TEMA DE SER LIBRERO, ¿DESDE CUÁNDO EJERCES LA ACTIVIDAD DE COMPRA Y VENTA DE LIBROS NUEVOS Y DE USO?

Desde 1996 he vendido libros en la calle, en tianguis, en espacios escolares, en diferentes locales de renta. Actualmente ofrezco libros en redes cibersociales y en ferias de libros, que para mí constituyen una experiencia bastante interesante. 

EN LO QUE SE REFIERE A LOS LIBREROS DE XALAPA, COMO GRUPO ORGANIZADO, ¿QUÉ LUGAR OCUPAS TÚ EN ESA ESTRUCTURA?

Efectivamente, hay un ente público, social y cultural conocido como Libreros Independientes de Xalapa, en el que participo con otras librerías y con compañeras y compañeros libreros. Yo me integro como “Libros de Úrsula”, que es mi propio sello, mi propio nombre, por la librería que tuve hace muchos años en un local en la calle de Úrsulo Galván y actualmente en Facebook. Dentro la organización Libreros Independientes de Xalapa, he tenido el gusto, con la intención siempre renovada y con mucha motivación, de participar en la Comisión Organizadora, ser gestor cultural, el que organiza y diseña el programa cultural de cada feria del libro en los últimos años en las ediciones de la Feria Xalapeña del Libro, en donde también soy jefe de foro y animador. No solamente diseño el programa. Y cuando hablo de diseño, me refiero a quien lo organiza, quien invita a los poetas, a los académicos, a los artistas; quien invita a integrantes de la Universidad Veracruzana, tanto a investigadores de literatura, expertos, críticos literarios, docentes, alumnos, para que nos acompañen en un plan muy solidario de participación; asimismo busco y contacto artistas, músicos, cantantes, tríos, grupos, colectivos, etcétera, para que se presenten en las diferentes ediciones de las ferias del libro, que actualmente se llevan a cabo en la explanada principal del Parque Juárez, y que antes se desarrollaban en la Plaza Lerdo.

Mi papel es precisamente de gestor cultural, promotor, jefe de foro y animador. Me gusta mucho usar el micrófono para hablar de la lectura, de libros, de las vidas y obras de los personajes a quienes se les dedican las diferentes ediciones de las ferias. Es mi papel frente al conglomerado de libreros y librerías. Me siento bien desarrollando esa función, porque me permite, por ejemplo, visibilizar a los nuevos talentos en varios campos de la creación cultural y literaria. Me retroalimenta mucho. Me permite estar cerca de las voces que vale la pena que se difundan. Tengo una premisa: el talento se abre las puertas solo, esa es la fortuna del espacio público. El artista callejero, el artista de ocasión, así como los libreros de ocasión (que se parecen mucho), pues solicitan espacios, y yo como ciudadano que pertenece a este grupo, pues intento se haga real esa posibilidad. La finalidad es caminar hacia adelante juntos. Aquí no hay restricción, al contrario, hay un encuentro muy grato entre libreros, promotores, artistas, escritores, público en general. Esa es mi función básicamente, trabajar para enlazarlos a todos ellos.

¿CUÁL ES TU MAYOR APORTACIÓN SOCIAL COMO LIBRERO?

Insistir en caminar por la ciudad, entre el frío o el calor, para servirle a la gente lectora. Mi mayor logro como librero es brindar opciones de lectura a mucha gente: niños, jóvenes, adultos, a la diversidad de identidades, con quienes convivimos o no, acercándole libros que valen la pena, a precios económicos. Me satisface mucho. Creo que más que nada esa es la labor de librero: el gusto y la satisfacción de ver al lector o lectora cuando se le acerca un libro. Mi labor es vender libros, no voy a decir que he donado libros, aunque sí lo he hecho, pero no vale decirlo, vale la pena hacerlo, pero no vale la pena registrarlo. Es decir, cuando puedo acercarle un libro a alguien que verdaderamente le interesa, esa es la mejor satisfacción. Tú te das cuenta. No es un rollo furtivo ni silente. Es un asunto de comunicación. Como cuando estoy en Coatepec, ofrezco a alguien un libro sobre leyendas locales, porque reúne historias de donde esa persona vive. Le digo: “Este libro vale la pena porque registra la narrativa oral de tu comunidad”, y el lector termina comprándolo. En esos casos, no pongo el énfasis en el lucro o en la ganancia, sino apelo al encuentro entre un lector y algo que le va a servir más allá del momento. Eso también es construir comunidad, aunque seamos solo tres: el autor, el librero y el lector. Esa es la gran satisfacción, servirle a la gente, ayudarla, apoyarla, porque por mi parte, a mí me ayudan y me apoyan mucho con su atención y de ser posible con su inversión en lecturas.

EN CUANTO A TU EJERCICIO COMO POETA, SÉ QUE CUENTAS CON DOS LIBROS: “PAYASO CON PASTEL EN LA MANO”, QUE TE PUBLICÓ EN EL AÑO 2000 LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO; Y UNO MÁS, PRÓXIMO A PUBLICARSE BAJO EL SELLO SAUVAGE ATELIER. POR FAVOR, PLATÍCAME DE ESTE ÚLTIMO PROYECTO.

Efectivamente, este último libro está próximo a aparecer, a invitación de la editorial Sauvage Atelier, que coordinan los compañeros Raúl Karam y Pedro Mena, editores de León, Guanajuato, quienes me han solicitado un original para publicarlo, y al cual estoy dedicado actualmente. Como lo hemos platicado, es una posibilidad de ver impreso mi hacer poético, y ya está encaminado.

Por otra parte, mi creación poética la doy a conocer principalmente en Facebook, también en mi blogspot personal, de igual forma en lecturas públicas, en ferias de libros y en lugares en donde me invitan a hacerlo, en cafés, antros; donde haya lectura de poesía en voz alta, a veces hasta con música en vivo.

La escritura de poesía es un quehacer que ejerzo desde muy joven y creo que es en este tema es más amplia mi labor personal, porque tengo más tiempo en ello, tengo una producción de originales muy basta, que yo diría me alcanza para más libros, para un tercero o cuarto libro. Pero en este caso, hay que constreñirnos a este segundo libro.

¿CÓMO SE LLAMA ESE NUEVO LIBRO TUYO?

Ya tengo el título, pero está reservado como primicia editorial de Sauvage Atelier, ya que ellos son los editores, y ellos deciden los tiempos, en ese compromiso de editor-poeta o editor-presentador de textos literarios, que soy yo. Esperemos que esa relación se encamine a buen término y que este nuevo libro se publique este año.

ME LLAMA LA ATENCIÓN EL TÍTULO DE TU LIBRO: “PAYASO CON PASTEL EN LA MANO”, ¿DE DÓNDE TE VINO LA INSPIRACIÓN PARA PONERLE ESE TÍTULO?

Bueno. Cronológicamente, primero se dio “Payaso con pastel en la mano”, y lo publicó la Universidad Autónoma Chapingo en el año 2000. Es el momento de confesarte que tengo otro libro, muy desarticulado, por cierto, que se llama “Las vacas pastan sobre la hoja en blanco”, al que intenté darle forma en 2010 y que aún sigue inédito. Te platico que me gusta mucho la imagen de las vacas pastando sobre una hoja en blanco, por lo siguiente: uno, admiro a estos mamíferos semovientes llamados vacas, que tienen un protagonismo clave en una producción de Pink Floyd, concretamente en el disco “Atom Heart Mother”, disco de 1970, ya que en la portada aparece una vaca llamada Lullubelle III. Para mí, eso es arte pop inconmensurable. Luego, en el libro “Payaso con pastel en la mano” involucré un verso en uno de los poemas que dice así “las vacas pastan sobre la hoja en blanco”, y alguien por ahí me dijo, “¡Qué buena imagen!”. Es decir, cuando un lector o lectora te dice “Oye, ¡esto está chido!” o “¡Está chingón!”, se siente bien. Entonces con el tiempo dije, ese debe ser el nombre de mi siguiente producción editorial. Sin embargo, es un libro inacabado, inacabable quizás, pues son poemas en prosa en su mayoría; parte la tengo en cuartillas impresas, parte en archivos de Word. Estará allí a la espera de lograr configuración editable. Hay textos que ya no ubico, en fin. 

Pero vayamos a mi primer libro. La escritora Martha Elena Nava Tablada, amiga nuestra, me publicó en la editorial de la escuela de agronomía de Chapingo (Universidad Autónoma Chapingo), el libro “Payaso con pastel en la mano”, porque ella como tallerista literaria, y como muy buena cuentista, participaba en un taller literario en esa Universidad. Un día me dice: “Oye, Leonel, hay oportunidad de publicar un libro, ¡tu primer libro!”. Era el año 99. Entonces, yo junté mis manuscritos originales y le puse así “Payaso con pastel en la mano”, que se publicó en el año 2000, porque para mí el payaso es (todavía) excepcional, es una figura arquetípica. ¿Qué quiere decir? Que es un tipo singular, problemático, auténtico, de gestualidad humana radical sobre el dolor y el placer. Para mí, en ese entonces, esas dos denominaciones humanas eran como que los campos semánticos de mi vida: el sufrir y el gozar. Cuando se da la oportunidad de publicar mi libro, le pongo así, porque el payaso con un pastel en la mano, es un sujeto que no sabes si te va a compartir una rebana de pastel o te lo va a arrojar a la cara. En este sentido, la poesía que contiene no sabes si es una agresión o es compartir un placer degustativo. Eso para mí es la poesía: una agresión o un compartir suculento. En parte, sigo pensándolo. Volvamos y aterricemos: no apelo a la violencia, apelo al desconcierto sensorial de las y los demás. Por eso se llama así: uno, porque admiro a los payasos auténticos, no a esa lista de payasos mediáticos a los que no les creo ¿eh?, ya que los conoces muy bien, porque ahora los sujetos facilones agarran la figura del payaso para vender basura, para vender equívocos y hasta para violentar a las mujeres. No te voy a decir los nombres. No quiero invocarlos. Y los payasos auténticos, son seres sufrientes o seres gozosos. Para mí esos son los caminos, “los caminos de la vida”, como dice la canción: o sufres o gozas. No hay medias tintas. Por eso llamé a mi libro así. Insisto, el payaso es un ente arquetípico, porque es profundo, es analizante. Cuestiona. O te divierte (te hace pensar) o te repugna. Y un poeta auténtico es eso también.

¿QUÉ ES LO MEJOR QUE TE HA PASADO COMO POETA?

Yo creo que es seguir en mi zozobra. Lo tengo que decir muy claro: construir la voz personal, tener una identidad personal, que significa distinción, propuesta, autenticidad para el lector y la lectora, sobre todo. Porque he leído en vivo y en público. No hablo del escucha o la escucha. Aunque la buena poesía se escucha, porque tiene música, no solo es un registro de captación visual. La buena poesía también se escucha. Hay ritmo, hay música, más que contenidos. Ese es un elemento que quiero decir y remarcar: la poesía no solo es qué palabras dicen lo que quiero decir, sino qué música íntima, subjetiva, espiritual, está invitando al otro a que atienda mi decir. En ese sentido, con toda modestia, también me siento bien, porque tengo la posibilidad, sobre todo en Facebook, o en mi blog personal, o en mis publicaciones, de decir lo que creo necesario decir. Creo que eso es lo mejor que me puede pasar.

¿QUIÉNES SON TUS POETAS FAVORITOS?

José Carlos Becerra, Rainer María Rilke, Anne Carson, Álvaro de Campos, Henri Michaux, William Carlos Williams.

¿Y TUS LIBROS?

Todos los de Ernesto Sábato. También “El otoño recorre las islas”, de José Carlos Becerra; “Elegías de Duino”, de Rainer María Rilke; “El guardián entre el centeno”, de J. D. Salinger; “El bosque de la noche”, de Djuna Barnes; “Viaje al fin de la noche”, de Louis-Ferdinand Céline; “El juguete rabioso”, de Roberto Artl, algunos de Walter Benjamín, varios de José María Pérez Gay.

¿QUÉ LE ESPERA A LOS LIBROS FÍSICOS? ¿LOS VAMOS A PERDER EN ALGÚN MOMENTO? ¿LA VIRTUALIDAD VA A GANAR?

No lo creo. Aunque hay interpretaciones sobre el valor predominante de la virtualidad. Hace algunos años, no muchos, cada sábado yo iba a ver a mi voceador, a mi puestero, para comprarle el diario “El País”, porque ese día de la semana venía insertado el suplemento cultural llamado “Babelia”, que para mí era una buena experiencia como lector. Babelia como suplemento era una maravilla, desde buscarlo, comprarlo y leerlo. Pero, ¿qué pasa?, que de un tiempo para acá ya no existe, ya no llega “El País” a los puestos de Xalapa, ni siquiera se puede leer en Internet, porque solo es bajo suscripción. ¿Qué significa todo esto? Es una estrategia de no cercanía con el lector, de exclusividad, hay un gesto de elitismo, hay una pérdida. Es decir, si no tienes un dispositivo avezado, si no pagas y te suscribes para tener el privilegio de leer, en este caso “Babelia”, pues ya no tienes el privilegio de acercarte a leer este suplemento. Yo lo tenía, simplemente yendo cada sábado a ver a mi voceador para comprarle “El País”; es más, me lo apartaba, porque se vendía bien y se agotaba. Hoy, ya no nos llega la edición impresa. Ya no tengo “Babelia”, porque la edición física ya no llega a Xalapa. Está en la Red, pero ya no cualquiera puede leerlo. ¿Quién pierde ahí? ¿El lector? ¿”Babelia”? ¿”El País”? ¡Perdemos todos! Lo virtual, visto bajo el discurso de la masividad y de la libertad, es un engaño. Es una mentira. Porque no todos tenemos acceso a esa virtualidad, porque se vende y se vende más cara. Yo ya no puedo acceder a “Babelia”. No puedo, porque ahora solo es virtual y hay que pagar. Y lo mismo ha pasado con otros suplementos culturales y literarios.

ENTONCES LA CULTURA ACTUAL, ¿SE VIVE O SE SUFRE?

En estos años es indispensable redefinir la cultura. Pero lo que se redefine es nuestro ejercicio sobre los valores simbólicos de lo que hacemos. Lo hemos platicado tú y yo, este giro de lo mecanoescrito a lo virtual, de los medios físicos escritos a las redes, significa un momento curioso y singular de nuestra historia personal. Tenemos que volver a redefinir lo que es cultura. Para nosotros, es la creación de valores simbólicos de la comunidad, es el pretexto para reencontrarnos como sociedad humana, es la gestualidad compartida para tratarnos de manera sociable. ¿Qué es la cultura? Yo me regresaría. Hay referencias excepcionales como Bolívar Echeverría o Walter Benjamin. ¿Qué hicieron ellos o qué hacen con o sobre la cultura? Sencillo. Caminaron con ella. Rehicieron sus vidas, apelando a que la cultura es una singularidad humana que construye sobrevivencia. Eso es para mí en realidad es la cultura actualmente.

¿QUÉ ESPERAMOS DE HÉCTOR LEONEL, EN DIEZ AÑOS?

Pues esa misma insistencia, esa reiteración que hemos platicado. Quien lea esto, ya sabe qué. Desde mi yo que quiere clarificar, no desde mi yo narcisista, creo que ya les di la pauta, porque toda palabra, toda locución del lenguaje, tiene una resonancia. Recuerda: lo que hicimos hace veinte años o más con “Anónimos Suburbios”, o con nuestros fanzines, tiene un gran significado ahorita. O, por ejemplo, cuando editabas “La Última letra”, las colaboraciones que publicabas a mí me siguen pareciendo frescas. Por cierto, hace poco revisé algunos ejemplares y redescubrí mis colaboraciones en tu suplemento, sobre el tema del rock en Xalapa, y siguen teniendo sentido como referencia cultural. Es decir: todo acto cultural es imperecedero, no tiene caducidad. En ese sentido, si yo soy un trabajador de la cultura, seguro mis actividades tendrán eco mucho más allá de diez años (lo anhelo, al menos para mí). Diez años es un corte muy drástico. Primera respuesta: lo ignoro. Segunda respuesta: espero que mis palabras todavía tengan alguna repercusión.

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