ESTADO

Por irregularidades clausuran empresas gaseras

Alejandro Ávila

Veracruz, Ver.- En los últimos meses 24 empresas gaseras han sido clausuradas en el estado de Veracruz por operar de forma ilegal, ante esta situación el gobernador Cuitláhuac García Jiménez aseguró que se revisará al resto de los comercios que expenden gas en la entidad y, en caso de estar fuera de la ley también saldrán de operaciones.

Varias de estas empresas, ha reiterado el Ejecutivo Estatal en sus conferencias de los lunes, operan a pie de carretera y no cumplen con la normatividad que marca la Secretaría de Energía (SENER).

Cuitláhuac García resaltó este lunes la clausura de 24 estaciones de carburación, además de las tomas clandestinas tanto de gas como de gasolina, operativos realizados en coordinación con Pemex, la Secretaría de la Defensa Nacional y la propia Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz.

Los trabajos continúan, pues a lo largo del territorio estatal, existen estaciones de carburación de gas que no cumplen con las condiciones mínimas de seguridad, con la normatividad de Protección Civil, además que se desconoce el origen de gas que venden, pues no aparecen en el padrón de Pemex.

Prueba de ello, el reporte con corte al 2023 de la Comisión Reguladora de Energía, la cual advirtió que creció el número de estaciones clandestinas de gas en varias entidades del país, incluyendo Veracruz, donde se tienen registro que en el municipio de Medellín de Bravo se encuentran tres estaciones ilegales, una en Paso de Toro, otra en Rancho del Padre y, una más en El Tejar.

Otras dos estaciones detectadas están en la comunidad de Vargas en el municipio de Veracruz y otra más ha sido detectada en la comunidad de Puente Jula, en el municipio de Paso de Ovejas.

De igual forma, resalta la empresa El Gallito en los Tuxtlas, la cual ha incrementado sus actividades, y con ello el riesgo de la población.

Una más que también ha extendido sus operaciones es, Amerigas, la cual opera en los municipios de Omelaca, Tezonapa Córdoba y Fortín.

Los riesgos para la población son altas, así también para los usuarios de esas estaciones y sus propios empleados, pues no cuentan con las medidas de seguridad adecuadas, además que usan materiales reciclados y en su construcción nunca se verificó que cumplieran con las normas requeridas.

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