Columna de Opinión
Juan Manuel Sánchez Macías
Ante esta segunda oleada (ya se habla de la tercera, para marzo) de contagios del coronavirus que, desgraciadamente va en aumento, surgen grandes y preocupantes cuestionamientos e inquietudes.
En primer lugar, qué va a pasar con los actos de precampaña y de campaña que, por múltiples medidas de seguridad sanitaria que se tomen, requieren de un mínimo de presencia física en los locales, inmuebles o plazas, en los que se vayan a realizar. Sí, sabemos que, con todo y vacuna, que ya se empieza a distribuir en varios países, el distanciamiento social y el aislamiento en los hogares han sido, en todo el mundo, las medidas más eficaces para evitar el contagio masivo. Aún con la vacuna, seamos realistas, México no tiene el potencial de los países ricos, que la acapararán; estamos hablando de que en México se llevará entre uno y dos años para vacunar a la mayoría de su población (mientras tanto, seamos sinceros, seguirá creciendo el número de muertes por esta terrible enfermedad). Quiero ver la madurez de los partidos políticos y de sus candidatos para diseñar estrategias en pro, no sólo del voto, sino de la salud de los miembros de la sociedad, para realizar sus eventos proselitistas.
Por otro lado, las crisis económica y sanitaria que vivimos actualmente en México son alarmantes. ¿Veremos nuevamente, como cada tres años, las calles inundadas de propaganda electoral? En días pasados veía en la Ciudad de México un anuncio sanitario que, palabras más, palabras menos, decía: “Si estás leyendo este anuncio, quiere decir que no estás en tu casa; no salgas, cuídate y cuida a los tuyos”. Es cierto, que las actividades económicas se tienen que activar; pero, es cierto también que el actual proceso electoral no está para pensar en grandes eventos masivos, aún con cubrebocas. Ojalá los actores políticos estén conscientes de ello… se habla de echar mano de las redes sociales para las campañas electorales, esto ya se lleva a cabo y la experiencia ha demostrado que los eventos masivos en materia electoral siguen siendo el elemento fuerte de la contienda electoral.
Por si fuera poco, en días pasados participé en un coloquio sobre los retos de las próximas elecciones, organizado por la Benemérita Universidad de Oaxaca, ¿en el que uno de los participantes planteaba la disyuntiva de “qué pasaría si llegamos al día de la jornada electoral con semáforo rojo? ¿qué se privilegiaría, el voto de la ciudadanía o su salud? Evidentemente, rogamos fervientemente para que eso no suceda y creo, en lo personal, que no se dará ese escenario, pero, insisto, la interrogante es: ¿qué estrategias se están diseñando por parte de los actores políticos, ya sean partidos, coaliciones precandidatos, candidatos y, el propio gobierno, para enfrentar este posible surgimiento de cuestiones electorales ante una pandemia, que nos ha devastado?