Números Rojos
Brenda Caballero
Estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020, han dejado para México hasta el momento 2 medallas de bronce y mucha polarización en redes sociales. Desde las críticas y defensas del equipo femenino de softbol por haber tirado sus uniformes a la basura, hasta la compasión y los memes por la falla de Arantxa Chávez al ejecutar un salto de trampolín con calificación cero.
Hasta el día de ayer nuestro país se posiciona en el lugar 60. Apenas las dos medallas de bronce para Alejandra Valencia y Luis Álvarez en Tiro con Arco y Alejandra Orozco Loza y Gabriela Agundez García en clavados sincronizados en plataforma de 10 metros.
Es decir de las 101 plazas que nos están representando allá en Japón, solamente 4 han dado resultados de medalla a la fecha; apenas el 3.96 por ciento cuando Ana Gabriela Guevara había prometido 10 medallas antes de partir a tierras niponas… bueno, después dijo que 5 sí eran seguras.
A estas alturas ¿podemos hablar de un buen o mal resultado de los mexicanos en los Juegos Olímpicos?
Aquí viene lo mejor. ¿Será bueno el desempeño de los mexicanos dependiendo del cristal con que se mire… o mejor dicho, hablamos de un vaso medio lleno o medio vacío? Esto, desde el lado subjetivo, no desde los números que son fríos, porque si hablamos de números y resultados, estamos fritos.
¿Se vale justificar que un deportista tuvo un mal día? ¡Claro!, pero siendo deportista de alto rendimiento, un mal día es el que tuvo Alejandra Valencia, cuando en su flecha de desempate de tiro con arco, marcó 10 y fue eliminada de las medallas por milímetros porque el tiro de su oponente Mackenzie Brown estuvo más cerca del centro. ¡Ése sí es un mal día!
En el caso de Arantxa, en mi opinión no es un mal día. Y no voy a hacer leña verde del árbol caído, porque la clavadista de por sí recordará ese salto como el peor de su vida. Pero tal vez no, quizás es lo que necesitaba para ser mejor y enfocarse en sus próximos juegos olímpicos para llegar a las medallas.
No se trata que desde este espacio critique el trabajo de los deportistas que fueron a representarnos como país, tampoco de que justifique sus deficiencias o las normalice. Se trata de que exijamos que los que vayan a representarnos sean los mejores en su categoría y no que sean agregados turísticos. Se trata de que la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte en México se ponga las pilas y que el gobierno de México invierta en los deportistas que dan la cara.
Después de lo de la gimnasta Simón Biles que se retiró por salud mental, toda falla o deficiencia se justificó en eso: la salud mental. Desde luego que coincido, es importante la salud, muy importante, y más cuando hemos pasado más de un año con una pandemia de Covid 19, pero ¿no actúa a veces de la misma forma la llamada generación de cristal? Ante cualquier presión, tenemos suicidios en jóvenes por mucha tarea o porque simplemente les quitaron el celular.
Volviendo a la salud mental del deportista, que también menciona Jorge Orozco, honroso cuarto lugar para México en tiro deportivo, si ya nos hemos dado cuenta que la salud mental es un problema, pues se debe invertir en ella. Debemos exigir que los deportistas estén acompañados por especialistas que les ayuden a mantener un equilibrio y manejar su estrés y emociones en competencias internacionales.
Hoy, otros países de Latinoamérica se encuentran en el medallero por encima de nuestro país, y es cuando te preguntas ¿Qué hace mejor a Venezuela, Colombia, Ecuador, Cuba o Brasil? ¿Será acaso que tienen deportistas con mejor salud mental o serán gobiernos que invierten en infraestructura deportiva?
Todo indica que nosotros también estamos mal de nuestra salud mental por polarizar, criticar, denostar, normalizar, justificar, compadecer a los y las deportistas, en lugar de exigir a las Autoridades.
@NumerosRojos_BC